Nerea Jones es una chica acabada de graduar de la universidad que sale al mundo dispuesta a abrirse camino en el mundo empresarial, pero, esto no es tan fácil como ella lo cree. Si situación económica hace que se vea obligada a aceptar trabajar de niñera para uno de los CEOS más importantes, temidos y guapos de Seattle, Alex Black. Su vida se entrelazará con la de él conviviendo en la misma casa. Ella no tiene idea de que le tocará vivir un infierno a manos de este chico prepotente y egoísta cuando los sentimientos comiencen a tocar la puerta de su corazón. Ser profesional no va resultar tan sencillo como ella se espera.
Leer másQuien piense que estudiar en la universidad y aprobar cada una de las materias es algo difícil, definitivamente no tiene ni idea de lo complicado que resulta encontrar un puesto de trabajo decente.
Llevo ya dos meses buscando y presentándome a entrevistas de trabajo, pero nada me funciona. En las corporaciones solo quieren contratar personal con experiencia ¡¿Cómo voy a tener experiencia si me acabo de graduar?! Me parece algo sumamente injusto.
Ahora estoy aquí corriendo y tratando de arreglarme lo más pronto posible para llegar a otra entrevista. Esta es la cuarta que hago en el día de hoy, ya estoy exhausta, pero no me queda de otra.
Después de tantas semanas buscando algo relacionado con el marketing, me he dado por vencida. El puesto para el que quiero aplicar es de recepcionista. Supongo que por algo se empieza. Necesito este trabajo, o cualquier otro, ya mis ahorros se me están agotando.
Por lo menos, teniendo un puesto fijo en esta empresa, podré luego intentar ir subiendo de puesto, poco a poco. Esta es una de las empresas financieras más importantes de Seattle, estoy segura de que aquí mi carrera se impulsará. Tengo que creerlo.
Después de un pequeño paseo en taxi, al fin llego ¡Wow! Nunca pensé que sería tan enorme e impresionante. Las demás empresas a las que había ido no se pueden comparar con esta.
Estoy segura de que, cualquier trabajo aquí podrá darle un vuelco a mi vida y eso es justamente lo que necesito. Ajusto mi chaqueta y me dirijo con firmeza hacia la chica de la recepción.
- Hola, mi nombre es Nerea, estoy aquí para la entrevista de… -de inmediato la chica me interrumpe para completar la frase
- Por el puesto de recepcionista ¿no? –yo asiento con mi cabeza ante la sorpresa- Tienes que ver a la jefa de recursos humanos, ella se encargará de tu entrevista, piso 26, oficina 207, justo en el pasillo que te quedará en frente
- Muchas gracias
- Solo una cosa más, la oficina de nuestro CEO se encuentra ahí también y no le gusta el ruido –me dice mientras me regala una sonrisa
- Perfecto, muchas gracias por el aviso
Salgo caminando con determinación y mucha emoción sobre todo. A partir de este momento mi vida puede cambiar por completo. Tengo una buena sensación sobre esto. Todavía no me puedo creer que esté en la corporación Black.
Toco a la puerta de la oficina 207 de forma delicada, pero nadie responde. Parece que voy a tener que esperar un rato. Tomo asiento en una de las sillas del pasillo y espero mientras leo una de las revistas que estaban en la mesita de al lado.
Alex Black está considerado como uno de los millonarios más jóvenes de la ciudad. Comenzó su negocio solo con veintitrés años en su propio apartamento ¿Quién diría que ahora es dueño de todo esto?
Cuando más emocionada estaba leyendo, un fuerte ruido al final del pasillo me distrae. La curiosidad me llama, pero temo que me vaya de aquí y llegue la jefa de recursos humanos.
De repente, la risa inconfundible de un bebé hace que vuelva a girar mi atención hacia el final del pasillo. No uno, sino dos bebés vienen hacia mi dirección gateando por el suelo. Lucen adorables.
Miro hacia todas las direcciones en busca de alguien que esté al pendiente de ellos pero no logro ver a nadie ¿Cómo se puede ser tan irresponsables como para dejar s dos bebés solos por ahí?
Inmediatamente me arrodillo en el suelo para poder verlos de más cerca. Al verme comienzan a reír estrepitosamente.
- ¡No, no, no! –les digo aterrada recordando la advertencia de la secretaria sobre las oficinas del CEO- no hagan ruido –les pido en vano
Ellos gorgojean en su propio idioma y a todo pulmón a la misma vez que ríen. Uno de ellos llega hasta mis piernas y se apoya en ellas mientras me mira feliz. Son una verdadera ternura.
Continúo mirando el pasillo esperando que en algún momento salga alguien en su búsqueda, pero no veo a nadie. No entiendo qué hacen estos pequeños aquí. No deberían estar solos por estos pasillos ¿Dónde están sus padres? Esto es una irresponsabilidad demasiado grande.
Justo en el momento que estoy pensando qué debo hacer con ellos, comienzan a gatear a toda velocidad ¿Cómo pueden ser tan pequeños e ir tan rápido? Me apresuro para tomarlos en mis brazos antes de que se puedan caer y hacerse daño.
- ¡Chiquitines! No pueden hacer estas cosas –les digo como si fueran capaces de entenderme- pueden lastimarse –ellos continúan riendo y con sus brazos gorditos empiezan a juguetear con mi cabello
Ya está, tengo que encontrar a sus padres antes de que se hagan daño, cualquier cosa les puede suceder. Estoy segura que si llega la jefa de recursos humanos y no estoy, entenderá la razón, pero no puedo dejarlos aquí solos, mi conciencia no me dejará tranquila.
Salgo caminando a lo largo de todo el pasillo, intentando sostener a los bebés que no hacen más que moverse y retorcerse en un intento de librarse de mí para volver al suelo ¡Vaya que son inquietos!
No logro encontrar a nadie por estos pasillos y no quiero ir tocando puerta por puerta molestando en las oficinas, no deseo que me despidan antes de que me hayan contratado.
En un intento por calmarlos, comienzo a dar pequeños brinquitos para acunarlos. Algo debo estar haciendo bien porque, después de unos pocos minutos, se acurrucan contra mi pecho y sus ojos se cierran.
Al fin dormidos, puedo caminar con más calma. Veo unas puertas grandes abiertas y entro en un local bastante amplio, es una recepción, pero tampoco hay nadie.
¿Acaso aquí no trabaja nadie? Mo puede ser esta una de las mejores empresas cuando ni siquiera hay personal.
- ¿Hola? ¿Hay alguien aquí?
Para variar, nadie aparece. Ya los brazos me están pesando bastante, así que tomo asiento. Supongo que en algún momento alguien tiene que llegar o reclamar a estos pequeños.
Luego de unos minutos, siento pasos que se dirigen hacia aquí.
- ¡Aquí están! –la voz fuerte de un hombre me exalta haciendo que dé un brinco en la butaca del susto
Giro mi cabeza con la intención de regañarlo por hablar alto, pero mi sorpresa no me lo permite ¡Es Alex Black!
Se queda mirándome fijamente. Es mucho más alto que yo y, por encima del traje perfectamente usado, se ve que tiene su pecho y brazos anchos. Se ve mucho mejor en persona que en las revistas. Sus ojos son muy oscuros, casi negros, me podría perder en ellos por una eternidad.
El terror y el pánico se reflejan en ellos claramente, no por mucho porque de inmediato se transforman en puro enojo.
- ¡Los he estado buscando por todos lados! Gracias a Dios que están bien
Como era de esperarse, los bebés se despiertan y comienzan a moverse en mis brazos. La vista del señor Black, pasa de ellos hacia mí.
- Es hora de que me expliques qué demonios haces tú con mis pequeños…
Horas después estoy caminando como loca por el pasillo de espera, de un lado a otro sin parar. Estoy demasiado nerviosa como para quedarme quieta, paso las manos por mi cabello una y otra vez, arranco pedazos de mis uñas y lloro y lloro sin consuelo.No puedo vivir sin Alex, no soy capaz de hacerlo, mi vida gira en torno a la suya. Me acostumbré a dormir a su lado, a despertarme con sus dulces besos en las mañanas, al tacto de sus manos sobre mi piel, a que me acomode mi mechón de cabello rebelde.Acabábamos de empezar nuestra relación, nuestra familia. No hemos tenido tiempo para mucho y menos con todos los problemas que nos han puesto en el camino. Necesito más tiempo, necesitamos más tiempo. Este no puede ser el fin de todo, no puede ser el fin de mi felicidad.Tiene dos pequeños que cuidar, que dependen de él. No puede irse, no puede abandonarnos así a la deriva. No es justo ¡Tiene que pelear por su vida!Repito eso en mi cabeza una y otra vez en un intento ridículo por calma
Cada vez que me pongo a pensar en todas las cosas que tengo que arreglar a la vez, siento como mi cabeza se va descomponiendo. Es un lío ¿cómo mi padre podía solucionar tanto?Es cuidar a mi hermano en la cárcel, sacarlo de ahí, resolver la encrucijada en la que Lorenzo Black me ha metido, contarle a Alex la verdadera razón por la que lo vi en ese hotel, es demasiado.Si algo he aprendido del encuentro con Leo es que tengo que ser fuerte, yo tengo la capacidad de resolverlo todo, solo es cuestión de dar un paso a la vez.De momento, voy camino al trabajo, ahí tengo cosas que solucionar también y hace un par de días que no me paso por ahí, menos mal que tengo la justificación de estar analizando casos y eso puedo hacerlo desde mi casa.En cuanto entro, lo primero que me encuentro es a Francesca y a Jason conversando de una forma que no me gustó para nada, era como si estuviesen tramando algo. Estoy casi segura que hablan sobre el caso de mi hermano, pero no voy a entrometerme, ya tuv
Ella nos señala con el arma uno por uno, amenazándonos sin palabras para advertirnos que no hagamos ni un solo movimiento, como si eso me estuviese pasando por mi mente ahora mismo.A pesar del tono tan elevado de voz con el que se dirigió a nosotros, nos está contemplando con una serenidad que me provoca escalofríos a todo lo largo de mi cuerpo. ¿Cómo alguien puede ser así de frío? ¡Está amenazando con disparar a su hijo y su esposo!-¿Se puede saber qué mierda estás haciendo Ángela? –le pregunta Lorenzo agitado-Lo voy a decir una sola vez y no pienso repetirlo, ¡todos atrás!Nos mira como si fuésemos sus presas, lista para atacarnos en cualquier momento. La ferocidad que hay en sus ojos es increíble.-¡No sé por qué me terminé casando con un hombre tan débil como tú! Solo porque eras el único heredo del imperio de tu padre accedí a tener a Alex, de lo contrario, lo hubiese abortado sin pensarlo dos veces, ni siquiera te hubieses enterado que estaba embarazada¡Dios mío! No p
TRES AÑOS ATRÁSEvidentemente esta es la forma que Lorenzo ha encontrado para sobornarme. Sabía perfectamente bien que hacerlo con dinero no le iba a funcionar, por eso mandó a que le dieran la paliza a mi hermano en la cárcel, ahora sí no me quedan dudas de que fue él. Amenazar a la familia era la única forma que tenía de hacerme flaquear, pero no se lo voy a permitir, algo se me ocurrirá.–Te dije que era un maestro de la manipulaciónMe dice Alex pasando su mano por mi mejilla a modo de consolación. Supongo que al ver mi expresión supo de inmediato que la conversación con su padre no había ido como me lo esperaba.Inclino mi cabeza hacia su mano para apoyarme en ella–No puedo confiar en él, no después de lo que le hizo a mi hermano y la forma en la que se acaba de aprovechar de ello–Debí haberlo sabido, o por lo menos imaginarme que nada bueno tenía pensado cuando accedió a verse contigo ¿Y qué piensas hacer?Tuve que bajar mi cabeza ante sus palabras. No tiene ni idea d
-Alex, estoy intentando mantener la calma, en verdad, pero no puedes venir hasta aquí para lanzarme acusaciones sin sentido y gritos de un lado para otroAlex me mira y creo que por primera vez se está dando cuenta de lo que le acabo de decir, Lorenzo no tiene ni idea del por qué su hijo ha venido de este modo. Hace unos minutos la ira no le dejaba pensar con claridad, pero parece que lo está haciendo ahora.No es justo que si Lorenzo es inocente se le acuse y muchos menos que termine en la policía, Alex nunca se lo perdonaría a sí mismo si lo mandara hacia la cárcel en vano.Todos nos miramos sin poder entender qué está sucediendo aquí.Lorenzo porque no tiene ni idea de cuál es la razón que ha causado tanta ira en su hijo y, nosotros porque no sabemos entonces por qué el dinero salió de la cuenta de sus padres.Lo pensé desde un inicio y cada vez me convenzo más. Siempre, una parte de mí supo que su padre no tenía nada que ver con todo este lío y, ahora estoy casi segura de que
TRES AÑOS ATRÁSDe inmediato regresé al dormitorio junto a Alex. Dormía tan plácidamente que no se enteró de nada, ni siquiera cuando me acosté a su lado. Lo miré y aproveché su sueño para apreciar bien cada detalle en su rostro.La cicatriz en su barbilla que se hizo de pequeño cuando jugábamos a los escondidos, producto a una caída, todavía estaba ahí. La marca de la mordida de aquella araña también sigue en su lugar.Lo recuerdo como si fuese hoy, estábamos en el parque que queda cerca de mi casa, ya éramos más grandes, ya comenzábamos a sentir cosas el uno por el otro. Recuerdo cuando vi al animal, era la araña más grande y peluda que había visto en mi vida y por supuesto que armé todo un drama.Alex era tan dulce que aún teniéndole miedo también, se levantó y trató de atraparla para apartarla de mí y fue ahí cuando lo mordió. Su cara de espanto todavía me da un poco de gracia, pero no se le escuchó ni una sola queja.Era tan lindo conmigo, sigue siendo un amor, incluso hoy cu
Último capítulo