Alessandro
No podía evitar esbozar una sonrisa al pensar en lo que estaba por venir.
Cada uno de los jefes de familia pronto se reunirían, y yo los llevaría justo donde los quería.
Todos pensaban que los había citado a una reunión de emergencia por la amenaza de la Camorra y el debilitamiento de la familia Moretti, pero en realidad, era el paso final de mi jugada.
Me acerqué al extremo de la mesa, mi lugar habitual en estas reuniones, el lugar que había ganado en la familia a través de años de paciencia y estrategia.
Mañana en la noche, cada uno de esos supuestos líderes conocería la verdad, una verdad que los haría arrodillarse y aceptar mi poder.
En unas pocas horas, revelaría que Nicola Moretti, el cachorro arrogante, había traicionado a su propia familia, aliándose con la Camorra, y que su “mujer” no era otra que la Pantera.
Levanté el teléfono del escritorio que había comenzado a sonar y atendí la llamada entrante.
—Padre, —dijo, su voz baja respetuosa. —Tengo noticias.
—Dime, Fi