Cuando Leo abrió los ojos de golpe quedó sentado en el sofá intentando controlar los espasmos en todo su cuerpo, la respiración irregular hacía que su pecho subiera y bajara con rapidez mientras él ataba cabos sueltos en su cabeza como si de una maraña de hilos de tejer se tratase.
— ¡Era Sienna! — Dejó escapar en tono ahogado.
— ¿La mujer en tu sueño? — Quiso saber la voz en su cabeza.
— Sí — Le respondió a su lobo — Algo sucedió con Sienna el día de mi boda con Tracy, y por alguna razón que todavía no comprendo, ese dolor en el pecho se relaciona con ella, estoy seguro.
Randall entrecerró los enormes ojos lobeznos pensativo.
— No tiene mucho sentido para mí — Soltó sin hallar la correspondencia.
— Debe haber algo más, algo como el hilo — Intentó explicar su punto — El hilo no se puede controlar, solo aparece cuando estamos cerca el uno del otro porque tiene un propósito que es unir a los mates, busca sellar el pacto, pero el dolor es… es algo místico, lo presiento.
— Todo en nuestra