Leonard se recostó en el cómodo sillón modular de piel que tenía en el lobby de su Penn House.
Acomodó la cabeza sobre un cojín de seda y dejó pasear los ojos hacia la espléndida vista del cristal que se extendía desde el suelo hasta el techo de la segunda planta, y de un extremo de la pared hasta la otra, formando un muro tipo ventanal que, de día dejaba colar la luz natural a chorros por todo el lugar dándole un aspecto de fusión con el exterior, y de noche permitía fundir el ambiente con el estrellado cielo nocturno.
Le encantaba pasar ratos largo ahí de noche, podía ver la luna, las estrellas y sentirse un poco como en casa, le gustaba pensar que no estaba lejos de la manada cuando se recostaba a contemplar el negro cielo como lo hacía en el bosque, en medio de los árboles, respirando profundo el aroma maderoso del suelo cubierto de musgo y hojas secas.
Ahí, tendido sobre el sofá, comenzó a recorrer su mente con cuidado, repasando las palabras de Sienna en el callejón, estaba segu