— Sienna, ¿De qué estás hablando? — la mirada desorbitada y angustiada de Chris no tenía nombre — Ese hombre es peligroso.
Sienna levantó el rostro y lo miró de una forma que él supo que no daría marcha atrás.
— Sé muy bien quién es él, Chris, incluso creo que lo conozco mejor que Leo. Pero haré lo que deba para mantener a mi hijo con vida, y nadie me lo va a impedir — A Chris se le heló la sangre.
Él inspiró muy hondo y sacudió la cabeza.
— ¿No hay nada que te saque esa loca idea de la cabeza? — Sabía que la pregunta estaba de más, cuando algo se le metía entre ceja y ceja a esta mujer, no había forma de sacárselo.
— Nada.
— Ok. Supongamos que no te haré cambiar de opinión — Planteó de forma hipotética — ¿Cómo puedo ayudarte?
Ella se relajó y alargó la mano para tomar un trozo de pizza.
— Lo primero es hacer que Rob piense que me tiene en sus manos, y para eso debo llamarlo.
— ¿Cuándo? ¿Cómo?
— Para eso salí del hospital, tú eres mi coartada, no podía llamarlo estando allá dentro.
El