Inicio / Romance / La ley de Blue / FIN DE SEMANA PARA RECORDAR
FIN DE SEMANA PARA RECORDAR

Qué día de locos ¿no? Tratando de arreglar las diferencias de nuestros hijos, había sido secuestrada por mi jefe todo el fin de semana.

-Adam...

-Mmm... - Ambos estábamos sentados en los sofás de su despacho. Tomando un buen café, mientras admiramos el paisaje que se ve desde la ventana.

-¿Por qué eres así conmigo? 

-¿Así cómo? 

-Tan... como decirlo... ¿Intenso? - Se levantó y caminó directo hacia mí. Se paró enfrente y luego se agachó para quedarse mirándome a los ojos. 

-¿Quieres la verdad? -Asentí, moviendo mi cabeza cual niña chiquita afirmando para tener una respuesta-. Pues, desde que entraste ese día a mi oficina hubo algo que hizo clic en mí. Supe que no eras como las demás y sólo deseé que me pudieras ver como yo te veo. 

-¿No crees que eres un poco cliché? -Dije al mismo tiempo que sentía mis mejillas arder-. No puedo creerte, si lo único que hacías era poner mi vida patas para arriba -el hombre dejó escapar una carcajada.

-Eso crees tú, pero ¿no te has dado cuenta de todo lo que he hecho para que me veas? ¿Para acercarme a ti? 

-Déjame ver, ¿embriagarte cada noche? ¿O Llevar a tus noviecitas a la oficina? ¿O pedirme que les comprara a tus citas un perfume o bolsos de marca al otro día?... La verdad más que tu asistente legal parecía tu niñera, debía estar las 24/7 para que no hicieran tantas estupideces juntas. 

-¿Estás segura? -preguntó alzando sus cejas. 

-¿Qué? 

-¿Hace cuánto no me vas a buscar donde Sam? 

-Bueno... Creo que hace un mes o más -digo sacando cuentas mentales desde que ya no me ha llamado borracho, pero pensaba que era por lo que pasó la última vez y no por eso.

-¿Hace cuánto que no aparezco con una nueva cita? Salvo por la posesa de Yore que ya sabes que está más loca que mi hermano. 

-En eso concordamos, salvo la barbie plástica está bastante, diría yo. 

-Pues eso puede demostrarte que lo que has logrado provocar en mí es maravilloso. Hace mucho tiempo que no me sentía como un adolescente en su primer amor -tomó mis manos, las colocó en su pecho y sentí como su corazón se aceleró-. No te negaré que lo primero que quise fue arrastrarte y hacerte mía en mi escritorio -no pude evitar carcajearme-He sido paciente y de verdad quiero conocerte. Que me conozcas y obvio me mires solamente a mí -me solté de su agarre, tomé su cara y comencé a dar leves caricias en su pómulo. Creo que por la ternura del momento o la locura que sentí me acerqué a besar sus labios, no es más que un piquito, pero creo que lo sorprendió. 

-Pues debo de reconocer, señor Scott, que has logrado entrar un poquito en mi corazón -le mostré mis dedos haciendo el amague de lo poquito que ha entrado y él sonrió, juntó nuestras frentes. 

-Blue, ¿Qué me estás haciendo? 

-La misma pregunta me la hago todos los días. 

-Me encantas.

-Y tú me en... -En eso escuchamos gritos que venían desde la entrada de la casa, nos pusimos de pie y vimos a los culpables de todo este embrollo. 

-¡Ya te dije que esto es una mala idea! 

-¡Pero si tu no piensas! ¡¿Como puedes ser tan tonta y no darte cuenta de que es la mejor idea del mundo?! 

-¡Eso jamás! ¡Sobre mi cadáver! 

-¡Tonta! 

-¡Baboso! 

-¡Bruja! - Ambos lanzamos una carcajada, mientras mirábamos a nuestros hijos. 

-Basta chicos. 

-Háganle caso a Blue. 

-¿Qué? -preguntaron ellos al mismo tiempo. 

-¿Cómo es que ustedes están de acuerdo en algo? -preguntó Thomás. 

-Eso -le sigue Alma. 

-Ay, mis tesoros, sólo sé que gracias a ustedes por fin congeniamos en algo. 

-Ella tiene toda la razón. 

Blue 2 - yo 1...digamos que empatamos en esta. 

-Esto me huele raro -menciona pensativa Alma y mira a Thomás. 

-Ajá, bueno pues padres nuestros ¿cómo solucionaremos nuestro problema con mí enana? -Thomas comenzó a toser después de ese sonoro mi-. Perdón con Alma. 

-Eso mismo, mamá -dijo ella sonrojada, creo que también lo escuchó-. de verdad que quiero tener una buena nota y mi babosito no ayuda mucho -Thomas sonríe con esa mirada tierna, que solo yo conozco que es un arma de doble filo.

-Chicos, paren. Les propongo algo -miré a Adam esperando su aprobación y el asiente-. Adam y yo hemos decidido tomarnos este fin de semana para apoyarlos en la preparación de sus diálogos y es por esto por lo que los ayudaremos y trabajaremos los cuatro. 

-¿Qué? Eso no fue lo que pensé -lo miré con cara de enojo-. Bueno, bueno, así es. Queremos que vean que el trabajo en equipo es más llevadero teniendo una buena relación. 

-Ya ¿y ustedes son el mejor ejemplo? -comentó Thomás. Alma solo se cubre la boca al mismo tiempo que reía. 

-Por supuesto, Thomas, por esa misma razón es que con tu padre hemos hecho una tregua para limar asperezas y así poder apoyarlos ¿qué mejor ejemplo? -guiñe mi ojo hacia Adam quien al parecer entiende de inmediato. 

-Ajá -Ambos chicos soltaron una sonora carcajada, luego nos miraron fijamente buscando la trampa, pero no me quede quieta y los enfrenté.

-Mis niños, ustedes son lo más importante en este momento para nosotros y por ustedes soy capaz de aguantar a este Ogro todo el fin de semana -Ambos se acercaron a abrazarme mientras ríen. 

-De acuerdo, mami, aceptó la tregua. 

-¿Thomas? 

-De acuerdo. 

-¿Y yo? ¿Para mí no hay abrazo? -Reclamó Adam, mientras Thomás permanece abrazado a mí, Alma me suelta y se acerca a Adam estirando sus brazos. 

-Ven para acá padre de mi divino tormento. -Todos nos reímos, mientras vemos que Rosita está parada junto a Jack, limpiándose una lágrima. 

-Que ternura, me encanta verlos así. 

-¡Nanita! -Thomás me suelta y se acerca a su nana.

-Hola, mi niño bello. Que grande te ves. 

-Y tú más viejita y chiquita mi nanita, ¿qué te hiciste?

-Vieja la ropa, pero ¿quién es esta bella señorita? 

-Mucho gusto, nana. Mi nombre es Alma y soy la hija de Blue. 

-Ahora entiendo de donde viene la belleza. 

-Gracias -Expresamos ambas. 

-Bueno, después de este alboroto les cuento que la mesa está servida. -Todos agradecemos y nos dirigimos al comedor, aproveché de pedirle a Jack la Gatera y así sacar a la pequeña bestia que nos mira con cara de pocos amigos y se dedica a recorrer el lugar para acercarse a Adam y acostarse entre sus pies. 

-Lo siento Adam, perdón por traer a nuestro gato, pero Salem es muy amistoso y no molestará en nada -lo veo molesto y con ganas de querer patearlo. 

-¡NO!... No es ningún problema. -Tanto Rosita, como Thomás lo ven incrédulos. Eso me dice que no le gustan o definitivamente pronto se acabará el mundo por dicho hecho, pero lo dejó pasar y sirve los platos. 

Pasamos una hermosa velada entre risas y anécdotas de todos. Las más divertidas fueron las del pobre Jack. Al contarnos cómo había sido la odisea que había pasado con los chicos, pero ya en ese momento las cosas estaban tomando otro rumbo... o eso era lo que yo esperaba.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP