Inicio / Romance / La ley de Blue / DOMANDO SUS DEMONIOS
DOMANDO SUS DEMONIOS

Ya es hora de descansar y Adam con Thomas nos van a indicar las habitaciones que debemos ocupar con mi peque. 

-Tengo mucho sueño -Esa es mi hija haciendo cosas de bebé, mientras da un bostezo. 

-Ah, yo también -Le secundó Thomas, por lo que me sacaron una carcajada.

-Mis bebitos, ¿quieren que los arrope? 

-Shi -chillaron al unísono con Adam. 

-¡Papá!

-Ustedes dos sí, tu... ni en tus sueños -respondí secándome las lágrimas que me ha provocado la risa. 

-Perdón chicos, los dejo que descansen -Sale Adam como si el diablo lo persiguiera hacia las escaleras. Ambos chicos estaban muertos de la risa. 

-Ya, a descansar, pues mañana nos levantaremos temprano a ensayar. 

-Yes, Mom. 

-Sí, mi generala -respondió Thomas.

-Pues vamos, no se diga más -Tomé al gato y se lo entregué a Alma. 

-Alma, ven por favor -Se escucha a Adam desde el segundo piso. 

-Si, señor Scott. 

-Esta será tu habitación, espero sea de tu agrado. 

-Gracias, señor Scott. 

-Adam, por favor dime Adam. 

-Bueno... Adam -respondió, me miró para confirmar si estaba bien. Asentí y le di la posibilidad de responder así. 

-Gracias, Adam. 

-No te propases jovencito. 

-Ash, sí padre -respondió agachando la cabeza- Ambas con Alma lo fulminamos con la mirada, pero ninguna se decide a hablar. Así que para pasar el mal rato me decido a decir algo. 

-Bueno chicos, primero veré a Alma y luego paso por ti Thomás. 

-La espero, mi bella dama -me respondió y enfiló sus pasos hacia su habitación- Entramos a la habitación destinada para Alma, aunque se ve pequeña, perfectamente abarca la mitad de mi apartamento, tiene una cama al centro con dosel, un escritorio con su silla junto a la ventana y dos puertas, al parecer una es un mini vestidor y la otra es un baño. 

-Wow, Adam se las trae -dice carcajeando. 

-Eso parece cariño. -Una vez que Alma cepilla sus dientes y se pone el pijama se prepara para dormir. 

-¿Mami? 

-Mmm 

-¿Te gusta mucho Adam? 

-¿Qué? 

-Ay mami, yo sé lo que veo y ustedes dos se miran como el gato a la carnicería -soltamos la carcajada.

-Ay mi peque, ojalá la vida fuera como la ves. Con el tiempo debo de reconocer que don Ogro me cae mucho mejor y me he dado cuenta de que es muy parecido a su hijo. 

-¿Baboso? -negué con una sonrisa en mi rostro.

-No, ninguno de los dos lo es, son gente rica que cree tenerlo todo, pero se caen en lo más sencillo. 

-¿Algo así como que no se expresan o cuando lo hacen son unos idiotas? 

-A buen entendedor... Exactamente. 

-Mami, sé que ha sido difícil para ti separarte y cargar con nosotras. Mi papá se portó muy mal contigo y siento que solo tú te has llevado la carga. Yo no he aportado nada para hacerte las cosas más fáciles. Si te preguntas qué sé, por supuesto que lo sé. Soy hija de mi madre, pero no preguntes cómo lo averigüé. Quédate con el hecho que sé que mis hermanitos no tienen la culpa de tener a un papá como el mío. también quiero decirte que ya me decidí, no pienso seguir esperando y quiero dar lo mejor de mí para nuestra familia. 

-Lo siento tanto, bebé. 

-No mami, repito, nadie tiene la culpa de nada. Así es la vida como me acabas de decir, así que de la misma forma te digo que si alguien llega a llenar y curar ese corazoncito hermoso que tienes -menciona llevando su mano a mi pecho-. Será más que bienvenido. 

Estoy sin palabras, solo abrazo a mi hija y le agradezco en silencio. Uno como madre puede cargar con las decepciones de la traición de tu pareja y a veces ocultamos a nuestros hijos las cosas para no hacerlos sufrir, pero hoy mi hija me ha dado una gran lección y prometo ser mejor persona a partir de ahora. 

-Ahora descansa mi peque, dulces sueños. 

-Para ti también. -Salgo de la habitación de Alma y me dirijo a la de Thomas. Golpeo suavemente y escucho un adelante. 

-Hola, mi compañero de lucha -Así fue como le puse cada vez que debimos entrar a Adam como cuba al pent-house. 

-Blue, pues aquí me tienes, ¿es en serio que me vas a arropar? 

-Ay cariño, tú lo pediste -me acerqué a él y me lancé a darle un ataque de cosquillas. 

-No, Blue, ¡Cosquillas no! -quiso aguantar, pero le es imposible. Así que libera una carcajada que entibió mi corazón. 

-Blue... 

-Dime. 

-Gracias. 

-No debes agradecerme -mis ojos se humedecieron. Ya suficiente había tenido con Alma y ahora Thomas, no me lo hacía nada de fácil. Él me miró para luego abrazarme. 

-Por supuesto que sí, tu... tú has sido la única que me comprende. Me haz abierto tu corazón, soportas que viva peleando con Alma y aun así me das consejos. Me miras y no me alejas, eres la única, además de Rosita que se preocupan por mí -confesó cabizbajo. 

-Thomas, mírame bien -tomé su carita y lo hice verme-. No soy la única que se preocupa por ti, tu papá también lo hace, a su manera, pero lo hace. Tienes que salir de tu burbuja y dejar de lastimarte. 

-Pe...pero el me odia, le quité... 

-¡Basta Thomas! -me dolía ver lo acomplejado que estaba este niño-. Cariño, tú no le quitaste nada a nadie. Las decisiones que tomaron tus padres son absolutamente de su responsabilidad y fueron hechas antes de que tú nacieras, no tienen nada que ver contigo. 

-Blue, no me dejes nunca por favor -pidió abrazándome con fuerza al mismo tiempo que lloraba en mi hombro.

-Cariño, de cualquier forma, estaré para ti. Ahora, descansa que mañana los exprimiré para que se aprendan esos diálogos. 

-Espero que funcione -Suspiró. 

-Te lo aseguro -le guiñé un ojo-. sólo sé tú mismo y no busques pelea con Alma. Ya te tengo en la mira y sabes a qué me refiero. 

-Tanto se me nota. 

-A leguas. 

-Ups. 

-Bueno, descansa -lo arropé, le di un beso en su frente y veo a Adam en el marco de la puerta apoyado. No sé cuánto habrá escuchado, pero su semblante muestra ¿pena? ¿angustia?, al salir de ahí toqué su hombro y lo vi cerrar la puerta. 

-Ven, vamos -se limitó a decirme y me ayudó a caminar apoyándome en él. Llegamos al final del pasillo y abrió la puerta-. Adelante su majestad, espero y sea de su agrado. 

-Guau, es mucho más que eso, es hermosa. 

-No tanto como tú. - En un segundo me tiene abrazada, él me sostiene con su pecho en mi espalda, va dando pequeños besos en mi cuello y oído... Sus manos exploraban mi cuerpo y un cúmulo de sensaciones se fueron apoderando de mí. Mi cuerpo lo pedía, lo deseaba, quería sentirlo, pero... pero mi razón se apoderó de mi mente. 

«Lo quiero... Lo deseo... pero ¿Estará jugando conmigo?»

-Adam. 

-Mmm- Mi ser racional hizo que me separara de él, que me mira un poco desencajado, no logrando definir qué estaba pasando. 

-Discúlpame, no puedo. 

-Blue mírame... Te esperaré. 

-No puedo creer, eras tú el que pedía ayuda a una mujer como yo... Así -me señalé-. Rota, vacía y llena de miedos, ¿cómo puedes confiar en mí, si ni yo misma lo hago? Soy una cáscara vacía, sólo el reflejo de lo que alguna vez fui y no creo poder volver a juntar esas piezas que se encuentran dispersas por todo el lugar. 

-Tranquila, hoy me he dado cuenta de que ambos tenemos nuestros demonios, pero si unimos nuestras fuerzas podremos ser capaces de recogerlas y volver a rearmarse. No sé si es amor lo que sentimos, pero lo que sí sé es que quiero que formes parte de mi vida como yo quiero ser parte de la tuya -Se acerca y besó mi coronilla, me abraza y me dirige hacia la cama, acostándome suavemente, para luego colocarse a mi lado y abrazarme-. Por hoy sólo dormiremos, recuerda quiero estar contigo, yo sabré esperar. 

-¿Qué he hecho para merecerte?

—Es lo mismo que me pregunto, pero por hoy sólo descansa, mañana tendremos un gran día. — Mientras se acomoda, comienza a dar suaves masajes en mi espalda y sin más siento que caigo en los brazos de Morfeo.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP