Elena sostuvo a Darek con fuerza mientras el mundo a su alrededor se desgarraba.
El plano del Abismo rugía, como una bestia herida.Tharion intentaría escapar con ellos, colarse entre grietas.Oscuridad líquida se alzaba en espirales a su alrededor, intentando aferrarse a él, a ella, a su poder… a todo.—No te sueltes —le susurró Darek, aunque era él quien apenas podía sostenerse.—Nunca más —respondió Elena.Con una exhalación que no fue del cuerpo, sino del alma, levanto una barrera de luz y la magia que una vez selló a los demonios, ahora abría un camino.Un portal se formó delante de ellos: retorcido, latente, brillando con luz y sombra a la vez.Solo alguien que fuera ambos podría atravesarlo sin ser destruido.Y Elena… lo era.—Prepárate —dijo ella—. Esto no va a ser suave.Darek apretó su mano.—Después de todo lo que hemos pasado… hasta el caos me suena a descanso.Y juntos, cruzaron.Fue como atravesar fuego y hielo al