Mientras Elena buscaba a Darek Tharion volvio a aparecer, soltó una carcajada gutural.

—Veo que haz mejorado, Elena, pero yo soy uno con este lugar, aqui no es solo mi prisión, podría llamarlo… hogar…

—Quiero saber ¿Estás dispuesta a abrir cada grieta y liberar el caos solo para liberar a Darek?

—Lo haría cien veces —dijo ella, y el Velo a su alrededor se estremeció con sus palabras.

—No eres tan distinta a mi, Elena. Estás dispuesta a liberar el caos, solo por tu amado.

Tharion dio un paso más, y entonces, sin previo aviso, alzó una mano. Una llamarada de sombra salió disparada hacia Elena.

Ella la detuvo con la palma desnuda.

El impacto hizo que ambos retrocedieran. Tharion frunció el ceño.

—Estás… cambiada.

—Ya no soy la misma —replicó Elena, alzando las manos. Luz blanca y fuego se entrelazaron en espirales que envolvían su cuerpo.

Comenzó la batalla.

Chocaron como tormentas antiguas. El suelo se quebraba bajo sus pies. Las grietas se