La noche había caído con un silencio extraño. Ni grillos, ni viento. Como si hasta la naturaleza estuviera esperando algo.
Darek se alejó del campamento sin decir una palabra. Caminó hasta una colina baja, donde la vista le permitía ver la línea del bosque. Sabía que no estaba solo.
—Siempre prefieres la oscuridad, ¿no? —La voz de Kael llegó suave, sin sorpresa.
—Y tú siempre apareces cuando no se te llama.
Kael sonrió apenas. Caminó hasta ponerse a su lado, sin invadir su espacio.
—No vine por ti. Pero te vi.
Darek lo miró de reojo, con el ceño fruncido.
—¿Me viste?
—En una visión. El momento en que el mundo se parte en dos… y tú eres la grieta.
El silencio pesó como piedra.
—Habla claro, Kael. No tengo tiempo para acertijos.
Kael bajó la mirada. Por primera vez, su tono se suavizó.
—Vi tu destino en la batalla, deberás tomar una desicion al final. Si tomas un camino… la oscuridad gana. Si tomas el otro… puede que no sobrevivas. No puedo decirte más, las visiones solo muestran el o l