Cuatro años más tarde.
El lugar se encontraba decorado, serpentinas y globos colgaban de un lugar y de otro, el patio trasero se encontraba lleno de invitados; Dmitriy ya no se veía como aquel hombre preocupado y lleno de problemas que un día lo fue, ahora se veía sonriente como cualquier persona.
Bebidas y comida había de sobra, Dmitriy se encontraba hablando con sus nuevos amigos y vecinos, cuando sus hijos llegaron de a montón.
—Papi, papi, Miguel me está molestando con el globo de agua —sé quejó Antonio.
—Eso es mentira papá, Antonio lo único que busca es que me llames la atención, solo intento divertirme con todos los regalos que nos han dado, este es el mejor cumpleaños, me encanta que todos nuestros amigos hayan podido venir —se excusó Miguel.
—Basta niños no peleen y menos frente a los invitados, ahora vayan y continúen divirtiéndose —Dmitriy colocó las manos sobre sus cabezas y sacudió los cabellos.
Antonio y Miguel eran dos pequeños idénticos a su padre, pero con el caráct