Días más tarde.
Dmitriy se encontraba pasando por la prueba más dura, el dolor de la ausencia de su amada lo estaba destruyendo, su corazón se había hecho piedra, y en su rostro se podía ver que ya no era el mismo de antes.
Se encontraba en la sala bebiendo su whisky favorito, mientras que recordaba a aquella mujer que había hecho de él un hombre diferente, su móvil sonó, al fijar la mirada en la pantalla respondió.
—¿Qué sucede Stepan? —habló Dmitriy con la voz entrecortada.
—Llamaba para saludarte...
—Los dos sabemos que no sueles actuar de esta manera, así que dilo de una vez —pidió Dmitriy a su socio interrumpiendolo.
—Ok, entiendo la situación por la que estás pasando, y no quisiera darte malas noticias, pero tenemos grandes problemas con las entregas, los camiones con la mercancía nunca llegaron.
—¿Qué? —nuevamente interrumpió Dmitriy levantándose ofuscado—. ¿Cómo que no han llegado?, si yo mismo me hice cargo de que los camiones salieran a tiempo, claramente debe haber algún