BLAIR
En medio del paraíso de la negrura en el que me envolví, sentía que flotaba en medio de la nada, como si estuviera en control de mi ser, tanto que dejé de sentir sus caricias y solo estuve yo.
—¿Puedes ir al pasado ahora? —escuché una voz algo lejana y me di cuenta de que era Dominik.
—Sí.
—Entonces piensa un poco en tu cumpleaños número quince. ¿Qué hiciste ese día?
No fue como en las películas. Mi realidad no se trasladó de inmediato ahí, sino que seguí en el mismo espacio negro, pero me encontré accediendo con claridad a mis memorias.
—Me bebí dos cervezas en casa de Grace. Se las robamos a su padre… Sabían asqueroso, pero las tomamos igual.
—¿Te sentiste mal luego?
—Vomité. No volví a beber cerveza desde entonces. Hasta hace poco.
El silencio invadió nuestra comunicación, y comencé a sentir de nuevo un ligero masaje.
—Y qué pasó en tu cumpleaños número trece?
—Fue el primero sin mamá y papá. Me quedé en mi cuarto, no quería hablar con nadie y ni siquiera fui a la escuela. Pe