Capítulo 37: Dejarse ayudar

BLAIR

En medio de un día de trabajo duro, recibí un mensaje de Dom que me sacó una sonrisita: «¿Estás libre en la tarde? Vayamos a cenar a un lugar bonito».

Por supuesto que le dije que sí y seguí con lo mío. Cerca de las seis me acerqué al aparcamiento y lo encontré esperándome cerca de la salida con una sonrisa. Toda la empresa sabía que estábamos saliendo, pero manteníamos una sana distancia en el entorno laboral.

—Buenas tardes, señorita Blair. ¿Nos vamos?

Me tendió la mano y no pude evitar mirarlo con curiosidad.

—¿Por qué estás tan animado? —inquirí y la tomé.

Ambos caminamos por el aparcamiento, rumbo a su auto, y suspiró.

—Solo estoy contento de salir con mi novia, ¿no puedo? Hice una reservación en un lugar bonito con buena comida. —Sonrió y apretó mi mano.

Demasiado afable. Era una locura.

Me abrió la puerta del auto y entré curiosa. Lo rodeó y, mientras lo veía con una sonrisa, me di cuenta de que Benjamin se acercaba a su propio vehículo, y por supuesto que nos vio. Yo fin
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