Una impactante noticia

El sol entrando por la ventana con brusquedad hizo que Alisson abriera los ojos de golpe. 

«Era Nora, su suegra»

Abría las cortinas con irritación, rabia y fastidio al mismo tiempo.

—¡Levántate! Son más de las ocho de la mañana y el desayuno ni siquiera está listo! —Exclamó la mujer posándose enfrente de Alisson.

Alisson se sentó en la cama confundida. No sabía cómo había llegado ahí. Además, su vientre dolía al igual que su cabeza.

«Debe mantener reposo si quiere tener a sus hijos»

Esas habían sido las palabras de la enferma que la había atendido la noche anterior. 

—No me siento bien Nora, pídele a alguien más que prepare el desayuno, necesito descansar un poco más por favor —Dijo con voz suplicante, al mismo tiempo que se volteaba e intentaba seguir durmiendo.

El sonido de los zapatos de su suegra alejándose se oyeron, y Alisson pensó que por primera vez esa mujer tendría un poco de misericordia con ella. Sin embargo, segundos después sintió como un balde de agua fría caía en su cara mojando su cuerpo y las sábanas que tenía debajo.

—¡Levántate inútil! ¿A quién le interesa si estás cansada o no? ¡En esta casa tienes deberes y obligaciones que debes cumplir! —Gritó la mujer con los ojos inyectados de ira.

Alisson se sentó en la cama empapada y apretó los puños con fuerza.

«Solo tengo que aguantar un poco más»

Pensó poniéndose de pie y saliendo hasta al baño para arreglarse. No duró mucho, Nora era capaz de sacarla por los pelos si tardaba más de lo normal. Así que, con una rapidez sorprendente se arregló para segundos después bajar las escaleras y posterior a eso caminar hasta la cocina, pero cuando llegó, sus pasos se detuvieron con él susurro de unas mujeres hablando.

—Pobre mujer, es la esposa del señor Christopher y la tratan peor que una de nosotras. Además, dicen por ahí que el esposo ni siquiera la toca —Murmuró una de las empleadas.

—Sí, y no solo eso, él tiene una amante. Todo el mundo lo sabe, sale en la revista con esa modelo siempre. Qué desdicha, aparte de cornuda es una esclava de esta familia —Finalizó la otra mientras salían por la puerta trasera de la cocina.

Alisson terminó de entrar a la estancia. Sus manos temblaban de la rabia y las lágrimas bajaban por sus mejillas con descontrol. Se limpió el rostro con el dorso de la mano y comenzó a sacar todo para preparar el desayuno.  ¡Estaba molesta! Tanto, que no midió la sal que le echó a los huevos, ni mucho menos el azúcar que le echó al jugo. Tomó las bandejas y con el rostro lleno de ira se dirigió al comedor. Cómo siempre toda la familia estaba sentada, con trajes elegantes y rostro de superioridad esperándola. Así que, con el rostro altivo, comenzó a entregar los platos. A la primera que le dio fue a Nora, quien enseguida tomó un cubierto y llevó el bocado de huevo revuelto a su boca, pero…

—¿Qué es esto? —Escupió con indignación, tratado de pasar lo salado con él jugo pero… sus ojos se abrieron con sorpresa al notar el montón de azúcar que este tenía—, ¡Acaso no sabes cocinar! Esto está horrible, los huevos salados y el jugo muy dulce! ¿Quieres envenenarme! —Exclamó con desdén.

—¡Si no le gusta mi comida pues prepárese su desayuno usted misma! —Exclamó Alisson hastiada—, ¡deje de ser tan inútil y por lo menos hágase de tragar! —Las palabras retumbaron en el comedor con evidente molestia.

Nathan Langley, el hijo menor de Nora se puso de pie y sostuvo a Alisson por el brazo. Sus dedos aferrándose a la carne pálida de pelirroja con tanta rabia que Alisson estaba segura que dejaría un hematoma ahí.

—¿Quién te crees tu para hablarle a mi madre así? ¡Solo eres una sirvienta con suerte! ¡Nadie más! ¡Así que pídele disculpas! —Escupió, lanzándo a Alisson al piso con una fuerza inhumana.

El cuerpo de Alisson impactó en la cerámica logrando que sus caderas se lastimaran. Lo primero que hizo fue llevar las manos hasta su vientre en un instinto de protección.

—¡Déjenla en paz! —La voz de alguien se hizo notar.

Era Anthony, el padre de Christopher y el hijo mayor de Austin. No era un hombre bueno como Elizabeth, pero tampoco era malo como Nora. Alisson creía que simplemente era un hombre justo.

—Es la esposa de Christopher, Nora, y la chica tiene razón, si no te gusta su comida. ¡Hazla tú! Ella ya no es sirvienta de esta familia —dijo él hombre con desdén ayudando a Alisson a levantar del piso. 

Más tarde, después de lo que había pasado en el comedor, Alisson tomó sus diseños y se dirigió a Tentación con la esperanza de que Christopher le comprara sus diseños. Cuando llegó a la oficina, notó que está vez sí estaba en supuesto la secretaria así que se dirigió allí con rapidez.

—Necesito hablar con Christopher por favor —Pidió con amabilidad.

La mujer que no pasaba de los veinte y cinco años miró a Alisson de arriba abajo. Para nadie era un secreto que ella era la burla de Christopher y por eso nadie le tenía el más mínimo respeto.

—Está en una reunión, dígame qué quiere decirle y yo le pasaré el recado —Habló la mujer irritada.

—Le quiero entregar estos diseños, dígale que los revise y si le gusta, me avise para venderselo —Respondió Alisson con una sonrisa cálida en el rostro.

Entregó la carpeta con una ingenuidad evidente y luego se dio media vuelta para irse. Avanzó unos cuantos cubículos más, pero sus pies se detuvieron al notar que en una de las oficinas estaba Christopher. No estaba solo, había varias personas con él y entre ella se encontraba Aniela. Quiso seguir de largo, pero sus pies parecían no reaccionar. Aniela, quien la había visto, tomó la palabra en la reunión:

—Quiero aprovechar esta reunión para dar una noticia importante —dijo la mujer con un rostro lleno de malicia—, estoy embarazada, Christopher y yo vamos a ser papás —Anunció con una sonrisa maliciosa en los labios.

Nota importante:

Alisson es una mujer ingenua y manipulable, pero... siempre será así? Las leo.

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