Meses después del nacimiento de las niñas
La mañana amaneció con un cielo despejado sobre Nueva York, como si incluso el clima supiera lo importante que sería ese día. Las campanas de la iglesia aún no sonaban, pero la ciudad ya vibraba con una energía particular. Dentro de una de las habitaciones privadas de un elegante hotel en el Upper East Side, Alisson estaba de pie frente al espejo, con las manos temblorosas sobre el regazo. Julie, sentada en un diván cercano, la observaba en silencio mientras una estilista daba los últimos toques a su peinado.
El vestido de Alisson colgaba de una percha acolchada junto a la ventana. Era distinto al que había usado en su boda anterior: esta vez, había elegido uno completamente nuevo, queriendo alejar la mala suerte y todo lo que había dolido antes. El tul caía en capas vaporosas desde la cintura, con bordados florales blancos que se desvanecían hacia abajo como si se fundieran con el aire. El escote en forma de corazón realzaba su silueta, mien