Julie estaba en el apartamento que había rentado para pasar su tiempo en Nueva York. Quedaba en el último piso de un edificio con vista a la ciudad. El día estaba movido, se podía escuchar el claxon de los autos a los lejos, las voces susurrando, y el olor de comida callejera se filtraba por la ventana. Mientras, dentro de una habitación grande, amplia, iluminada con luces LED y llena de ropa de última moda estaba Julie empacando cientos de vestidos y prendas exquisitas hechos en Tentación mientras Alisson la ayudaba.
—¿Por qué estás tan nerviosa? ¿Acaso es por Campbell? —preguntó Alisson con una sonrisa en los labios—, Julie, jamás te he visto así, eres una mujer que ningún hombre te ponía nerviosa hasta ahora…
—¡Es que es un descarado! ¡Dios mío!, es un coqueto, un…
—Solo es Ryan siendo Ryan —dijo Alisson interrumpiendola con una sonrisa de oreja a oreja.
«Era obvio que a Julie también le gustaba el mejor amigo de Langley y ni ella misma podía negarlo»
Julie suspiró resignada.