Cap. 51: Stella, ¿ya se lo dijo?
Las palabras de Stella cayeron como un golpe para Mike, quien apenas alcanzó a procesarlas. La idea de que Stella estuviera embarazada, y que ese hijo fuera suyo, lo sacudió profundamente. Todo lo que había sentido en los últimos días: las dudas, la confusión, la incertidumbre, quedó momentáneamente en segundo plano. Ahora, lo único que importaba era llevarla a un lugar seguro.
Con pasos apresurados, Mike salió del edificio y rápidamente localizó su auto. Sin soltarla, la acomodó en el asiento del copiloto, abrochándole el cinturón con manos temblorosas pero decididas. Luego, sin perder tiempo, se subió al asiento del conductor y arrancó a toda velocidad hacia el hospital.
Durante el trayecto, Mike mantenía una mano sobre la de Stella, quien luchaba por mantener la calma a pesar del dolor y el miedo. Él apenas apartaba los ojos de la carretera, aunque cada tanto la miraba, apretando su mano con más fuerza, como si intentara transmitirle algo de su propia determinación.
—Vas a estar bi