Cap. 52: Dudas y reproches.
A pesar de la confusión, no podía evitarlo. Algo en su corazón le gritaba que debía creer en lo que Stella le había dicho, pero su mente, nublada por fragmentos dispersos de recuerdos, lo traicionaba. Evangeline, la mujer con la que había compartido su vida antes de perder la memoria aún ocupaba un lugar dominante en sus pensamientos, y la atracción innegable que sentía por Stella lo desbordaba.
Con voz quebrada, llena de incertidumbre y dolor, Mike finalmente habló, buscando una verdad que sentía se le escapaba entre los dedos:
—Stella… me dijo que esos hijos son del abogado con el que ahora se exhibe. Yo… ya no sé qué pensar, Verónica. Mi corazón me grita que son míos, pero mi memoria… me juega en contra. ¿Cómo puedo confiar en lo que Stella dice después de todo?
Verónica lo miró fijamente, el brillo en sus ojos transformándose en una mezcla de furia y decepción. Sin pensarlo, dio un paso hacia él y le propinó una bofetada que resonó en el pasillo, helándole la piel.
—¡No tiene idea