Cap. 50: ¡No quiero perderlo!
Mike la miró con una mezcla de celos y confusión, sin perder el tono acusador.
—Eso no significa que puedas andar exhibiéndote con otro. No después de todo lo que… compartimos —murmuró, con la voz cargada de resentimiento y algo más que ni él mismo lograba entender.
Stella entrecerró los ojos, irritada por su tono.
—¿Exhibiéndome? ¡Tienes el descaro de decirme eso cuando tú mismo saliste en todas las revistas anunciando tu boda! —Su voz tembló, en parte por la rabia y en parte por la tristeza que aún sentía—. ¿O acaso esperas que me quede llorando mientras tú te diviertes con ella?
Mike apretó la mandíbula, sin apartar la vista de ella, atrapado en el torbellino de emociones que el simple hecho de verla provocaba.
—Solo quiero entender en qué momento decidiste reemplazarme —respondió, sus palabras teñidas de sarcasmo y celos mal disimulados.
Stella lo miró con incredulidad, y la furia se reflejó en sus ojos.
—¿Reemplazarte? —repitió, incrédula—. ¿Y tú no? Porque desde que me dejaste,