Isabella Romano
Dos años más tarde.
El sol de la tarde bañaba la orilla con una calidez que hacía ver que todo fuera perfecto. Como un sueño. Sonrió mientras veía correr a Luca hacia mí, agitando sus brazos mientras vestía un bañador lleno de arena.
Sus risas llenaban el aire, ese hermoso sonido que se había vuelto mi melodía favorita desde el día que llego a mi vida. Lanza su pequeño cuerpo al mío y lo cargo en mis brazos mientras que daba patadas por la alegría. Luca amaba venir a la playa y correr por horas en la arena. Era su mayor entretención.
Aun recuerdo como se sentia sus pataditas dentro de mi, fue la sensación más hermosa que pude sentir en aquellos tiempos difíciles que estaba sobrellevando.
—¿Disfrutas, il mio bellissimo piccolo?
Él ríe con una hermosa sonrisa desdentada, esa hermosa sonrisa tan pura, inocente, que siempre me hace olvidar todo lo malo que tuve que vivir para llegar hasta aquí con él.
—¿Quieres ir al agua?---camino hacia la orilla del mar
Poco a poc