perspectiva general.
Sech se había cansado de esperar a Isis. Había decidido recostarse sobre la cama, pero para fastidiarla cuando por fin se decidiera a entrar a los aposentos, en represalia por su ausencia, se quitó la ropa y se quedó semi desnudo, pensaba hacerle pasar un mal rato tal como ella se lo estaba haciendo pasar a él.
Mientras tanto, Isis se había quedado a propósito leyendo el libro de protocolo en la biblioteca para no ir a los aposentos de Sech. Ella se encontraba en un conflicto interno.
— No sé cómo podré sobrellevar todo esto —se dijo a sí misma—. Las cosas podrían terminar muy mal si no le pongo un alto a los instintos que se apoderan de mí cada vez que lo tengo cerca.
Respiró profundo tratando de tranquilizarse, porque recordaba la proximidad del cuerpo de Sech y sus labios apoderándose de los suyos. Su Loba revoloteaba dentro de ella.
—Veremos cuánto tiempo sigues engañándote a ti misma —dijo Keyra en el enlace mental—. Sabes muy bien lo que estás sintiendo a