[El tercer libro de la saga de Wolfsong] Tras la captura de Alastor, Anna y Dante viajan a la isla de Arcadia y se infiltran en el palacio de Interlunio, para poder rescatarlo, lo que les permitirá descubrir quien es la persona responsable de todo el sufrimiento de la familia real y todas sus desgracias. Acompaña a esta pareja y a los demás a resolver finalmente este misterio.
Leer másEn medio de una horrible tormenta, sentada en el suelo de un refugio, una joven loba de cabello castaño y ojos color avellana, intentaba protegerse del frío con una delgada manta mientras observaba como, en una pequeña mesa de madera, su hermano jugaba al ajedrez con un atractivo joven de cabello oscuro y ojos dorados como el sol.
Desde que lo había conocido, el tipo le había parecido pedante y sumamente molesto, pues este, se dedicaba a acosarla a diario, sin embargo, en ese momento, el joven no tenía ojos para nadie más, solo para el pequeño que se estremecía con cada trueno que resonaba en la distancia.
―Tranquilo, ponte estos ―dijo el joven sacándose unos audífonos bluetooth de su bolsillo ―No sé si te guste el tipo de música que escucho, pero, creo que será mejor que los truenos ―
―Gracias… ―masculló el niño mientras se colocaba los audífonos
Sintiendo curiosidad porqué tipo de música escucharía aquel joven presumido, la castaña mantuvo sus ojos clavados en su hermano, el cual, sonrío ampliamente cuando el dueño de los audífonos por fin seleccionó algo para él en su teléfono.
― ¡Es Bruno Trent! ―exclamó el niño dirigiendo su mirada hacia ella
― ¿Te gusta? ―le preguntó el joven con sorpresa, pues aquel hombre, era conocido por tocar principalmente, música clásica
―Más ó menos ―admitió el niño ―Pero a ella le gusta mucho ―dijo dirigiendo su mirada hacia su hermana
―Ah, hasta que por fin tengo algo en común con ella ―dijo el joven dedicándole una brillante sonrisa a la castaña, la cual, usó todas sus fuerzas para no rodar los ojos
―Gracias Joel ―dijo la joven entre dientes, sin embargo, cuando un trueno volvió a escucharse y su hermano apenas y se inmutó, ella suspiró ―Muchas gracias ―
Tras guiñarle un ojo, Joel volvió a concentrarse en su partida.
―Aquí tienes Anya ―dijo un joven de cabello oscuro y ojos verdes, el cual, le tendía una taza humeante de té ―Sandrine está repartiendo las demás ―
―Gracias Will ―dijo Anya tomando la taza entre sus dos manos para poder calentarse los dedos
―No hay de qué ―dijo el joven sentándose a su lado
Sin decirse nada más, los dos bebieron de su taza mientras observaban el lugar.
Gracias al huracán que azotaba a la isla de Arcadia, todos los habitantes del palacio habían sido enviados a diferentes refugios.
Mientras que la realeza y sus invitados habían sido enviados al refugio de la familia real, los sirvientes habían sido llevados al refugio que se encontraba bajo los dormitorios de los cadetes.
La joven Anya, se encontraba con la realeza.
― ¿Cuándo crees que pare? ―preguntó William de repente
― ¿La tormenta? ―
―Todo ―dijo William soltando un suspiro cuando, en el piso superior a ellos, se escuchó una fuerte explosión
―Eso no lo sé Will ―dijo Anya apoyando su cabeza contra él
―Bueno, entonces ¿sabes cuándo terminará la tormenta? ―preguntó él apoyando su cabeza contra la suya
―Según mi papá Gabriel, dentro de unas horas, cerca del amanecer ―
―Oh… Eso quiere decir que… ―
―Sí, mañana será el día perfecto para mi boda ―dijo la joven sin entusiasmo
―Pero, la rebelión de Arcadia…―
―Eso no será impedimento, bastará con que tengamos un momento de paz en el palacio ―dijo la joven soltando un suspiro cuando una rubia se sentó a su lado, y, sin decir nada, se recargó contra ella
―Alice ¿Qué dijo Estefan? ―le preguntó William a la rubia
―La situación es estable, gracias a la tormenta, los rebeldes se mantienen a cierta distancia ―dijo Alice acomodándose mejor ―Y aunque siguen peleando, Estefan cree que, si la tormenta llega a detenerse mañana, los rebeldes retrocederán para descansar y reorganizarse ―
― ¿Lo ves? ―dijo Anya soltando un suspiro
― ¿Quieres que nos rebelemos para detener la boda? ―le preguntó William
―No, están en territorio enemigo ―dijo Anya en un bostezo ―Si debo casarme entonces… ―
―No puedes casarte ―dijo Alice enderezándose ―Anna no estamos hablando de una boda común y corriente, por Selene, ¡estamos hablando de una unión! ―
―Alice, baja la voz ―se apresuró a decir Anya enderezándose cuando algunas cabezas se giraron hacia ellos ―Y por favor, no uses mi verdadero nombre ―agregó en un susurro antes de volver a recostarse sobre el hombro de William
―Por fortuna, un trueno sonó al mismo tiempo ―dijo el joven soltando un suspiro ―Sin embargo, Anya, Alice tiene razón, una ceremonia de unión podría poner en peligro tu marca, incluso tu vínculo con… Bueno, ya sabes ―
―Chicos, no es el momento ni el lugar para discutir esto ―dijo Anna pasándole su taza a William, quien la dejó a su lado junto a la suya ―Yo… Quiero confiar en que la diosa no permitirá que mi vínculo corra peligro ―
―Entonces encomendémonos a ella… ―susurró Alice antes de volverse a recargarse contra Anna
―Sí… ¿Te importa si te uso de almohada? ―le preguntó Anna a William
―Adelante, vigilaré a Albert ―dijo William guiñándole un ojo a la joven
―Gracias… Sólo serán cinco minutos… Lo juro ―dijo Anna antes de bostezar
―Está bien, tranquila… ―susurró William ―Descansa ―
Cediendo ante su cansancio, Anna cerró los ojos.
No quería dormir, pero sus ojos le pesaban demasiado.
Desde que había llegado a Arcadia se había mantenido en un estado de alerta constante, lo que la había ayudado a ella y a los demás a resolver un sinfín de misterios, sin embargo, desde que Ares se había infiltrado en el palacio, ella no había sido capaz de descansar ni una sola noche completa, y para empeorar su situación, su unión con Zeth estaba a la vuelta de la esquina.
“Una ceremonia de unión, no es una boda Anna” ―recordó lo que Zeth le dijo ― “Si nos unimos, será para siempre, como si fuéramos compañeros, no importa si estamos destinados o no, para eso sirve esa ceremonia, básicamente, tiene la misma función de una marca”
“¿Qué? Pero Zeth… ¿Qué hay de mi vínculo con Dante? ¿¡Qué hay de mi marca!?”
“No lo sé Anna… Sólo sé que no puedes llevar dos marcas…”
Rehusándose a seguir pensando en aquello y en cómo le había fallado a su compañero, Anna intentó conciliar el sueño, sin embargo, a su mente no paraba de llegar Dante.
Durante todo momento, Dante se había mostrado calmado y comprensivo, incluso, la había apoyado en todas y cada una de sus decisiones.
¿Y qué había hecho ella para agradecerle?
Le había mentido.
Y aunque lo había hecho por su propio bien y para sacarlo del palacio, lo que ella había hecho no dejaba de ser una mentira.
Para empeorar la situación, ahora estaba a punto de unirse a Zeth, faltando así, a lo único que Dante le había pedido que no hiciera.
“Sé que soy la peor compañera del mundo, sin embargo, cariño… ¿Podrías venir por mí?” ―le pidió a su compañero
Tras un largo rato de silencio, el cual, sólo era interrumpido por la tormenta en el exterior, Anna se dio por vencida e intentó conciliar el sueño, pues, de lo contrario, si continuaba con aquel cansancio, no podría proteger a su hermano de lo que estaba por venir, pues la rebelión en Arcadia era algo que podía beneficiarlos, o bien, perjudicarlos
“Estoy aquí cariño, volví a Arcadia y vine por ti…” ―escuchó la voz de Dante en la lejanía justo antes de caer en el mundo de los sueños.
―Pasa ―gruñó con fastidio cuando alguien llamó a la puerta―Pensé que estarías de mejor humor en tu territorio ―dijo Máximus al entrar―Si no tuviéramos tantas cosas entre manos, lo estaría ―suspiró el alfa―Todo estará bien hijo, no te preocupes ―lo tranquilizó el rey con un tono lleno de cariño ―Esta vez lucharemos juntos ――Lo sé, eso me consuela un poco papá, sin embargo, desearía dejar de luchar por mi vida por una sola vez ―dijo con tristeza antes de sacar una agenda del cajón de su escritorio―Lo lamento mucho Alastor… ――Está bien, no es tu culpa, son los locos con los que tenemos que lidiar ――Y el mundo está plagado de ellos ―negó Máximus ― ¿Qué es lo que buscas? ――El número de la mujer por la que te mandé llamar ――Si tu madre se entera que me estás ofreciendo el número de una mujer nos matará a los dos ¿eres consciente de eso? ―bromeó Máximus arrancando una risa divertida por parte del alfa―Jamás me atrevería hacerle algo así a mi madre ―dijo Alastor girando su agenda la
Tras recibir a la familia alfa y a todos sus invitados, los miembros de Loto de Luna se apresuraron a preparar lo necesario para el banquete de aquella noche.Sorprendiendo a todos, Alastor ordenó que todo se preparara en la cabaña del lago, pues el banquete de bienvenida también incluiría a los lobos de Luna Azul.Debido a que debían organizar a su manada, Dante y Lysander dejaron Loto de Luna y corrieron de regreso a su territorio, aunque el alfa lo hizo de mala gana, pues el joven deseaba pasar tiempo a solas con su compañera.Anna, aunque deseosa por pasar tiempo con su familia y amigos humanos, se concentró en los deberes que su padre le había asignado, entre ellos, el encargarse de asignar hogares temporales a los nuevos miembros.Empezó por ofrecerles una habitación en la casa alfa a Sandrine y a John. Y es que la joven omega, había insistido en continuar con sus labores como dama de compañía. Debido a ello, tanto Anna como Alastor optaron por dejarlos vivir con ellos hasta que
Nada sorprendido por el hecho de que su manada supiera su historia, Gael dio un paso al frente y suspiró con dramatismo.―Oh, y lo fue ―dijo con algo de tristeza ―De mi antiguo hogar apenas y quedan ruinas ――Pero… ――Pero nuestro príncipe y rey consideran prudente que los tres aquelarres protectores vuelvan a alzarse para proteger nuestra querida Arcadia, así que… ambos me pidieron reconstruirlo… ―― ¿¡Qué!? ―exclamaron varios―Vamos Gael, no estarás pensando en dejarnos, ¿cierto? ―― ¡Eres el corazón de esta manada! ――Eres quien nos mantiene unidos ――Gracias a ti los híbridos dejaron de ser un tabú aquí en Wolfsong ――Sí, eso es cierto ――No te vayas Gael, nos hiciste mucha falta ――Los tres nos hicieron falta ―Conmovido por las palabras de todos, Gael apretó los labios y con un rápido parpadeo, apartó las lágrimas que habían intentado llenar sus ojos.―Honestamente no sé qué es lo que le sorprende ―le susurró Anna a Dante, quien rió quedamente―La manada no sería lo mismo sin ti
Emocionados por tener a sus antiguos líderes de regreso, los lobos de Loto de Luna aullaron con alegría, dándoles la cálida bienvenida que los caracterizaba.―De verdad se reconcilió con todos ―le dijo Jeffry a Alastor, quien soltó una suave risa antes de asentir―Así es Jeff, con decirte que mis abuelos Philip y Claire Nicolaou también querían venir ―― ¿Más reyes? ―balbuceó un joven― ¡Por Selene! ――Y precisamente por eso les dije que lo dejaríamos para otra ocasión ―rió Alastor divertido antes de besar la sien de su compañera ―Continuando con las presentaciones… ¿Gerard? ―Ante la mención de su nombre, el hechicero salió de entre la pequeña multitud que había abandonado el autobús. Sin dudar, el joven realizó una profunda reverencia.―Todos aquí ya conocen a este joven hechicero ―comenzó a hablar Alastor ―Vino desde Armería hasta Loto de Luna para ayudar a Anna y a Dante con su misión. Durante su estadía, muchas cosas sucedieron, entre ellas, la más relevante para nosotros, fue el
Sintiéndose repentinamente incómodo por la situación, Bastián retrocedió un par de pasos, sin embargo, Arsen, aún sin bajar de la minivan, lo empujó con suavidad hacia adelante.―Alastor te lo advirtió, ahora te aguantas ―le dijo en voz queda, logrando una suave risa de aquellos que aún estaban adentro―Además, ¿no es un halago querido? ―preguntó Petra ―Esto confirma lo que Alastor nos contó ――Sin duda, el muchacho hablaba más de ti que de su propio padre ―agregó Arsen divertidoReconociendo aquello, Bastián suspiró, sin embargo, tampoco se atrevió a hablar.Durante el viaje, Alastor le había confesado que, de joven, él solía hablar mucho de él y que alguna vez había pensado en buscarlo, sin embargo, Basil le había recomendado esperar a ser mayor. Lastimosamente, al alcanzar su mayoría de edad, su vida se complicó y aquel plan había quedado en el pasado.― ¡Abuelo Bastián! ―exclamó Ares, rompiendo la solemnidad del momento―Ahí estás cachorro ―sonrió Bastián al levantar al niño en br
Antes de responder, Alastor intercambió miradas con su padre y con Arioch, el cual, simplemente asintió para animarlo a continuar.―Porque esa condena será cumplida bajo mi estricta vigilancia ―respondió Alastor ―Ya sea aquí, o en Arcadia, yo vigilaré a mi tío y me aseguraré de que cumpla con su deber como tío más que como consejero ―explicó clavando sus ojos en Arioch, quien inclinó su cabeza con respeto―No les pedimos que olviden ―intervino Iva ―Pero sí les pedimos que escuchen, que miren más allá de lo que todos creímos saber ―pidió mientras que caminaba en dirección a Alastor―Les pido que, antes de juzgar mi criterio, primero escuchen la historia completa y no se queden con una sola versión ―pidió Alastor con la voz ligeramente temblorosa ―Ese fue mi error hace años y me costó muchísimas cosas ―agregó al mirar a su familia biológica ―Les suplico, que no cometan mis mismos errores ――Usted… ¿Nos contará todo lo que pasó en Arcadia estas últimas semanas? ―preguntó un joven―Esta m
Último capítulo