Alfa Ava
Pasé los primeros minutos intentando mantenerme al margen, ocultándome entre los invitados, escuchando las conversaciones, tratando de ignorar el dolor creciente en mi pecho.
Sabía que Cael me había visto. Sabía que él sabía que yo estaba aquí. Pero no se acercó. No cruzó una sola mirada. No dio una sola señal. Y sin embargo, cada fibra de mi ser estaba atada a él. Lo sentía con cada respiración. La maldita conexión, el vínculo de mate, no entendía de política, de compromisos, de alianzas estratégicas. Solo entendía que él era mío. Y yo era suya. Pero para él… yo no era nada.
El dolor comenzó poco antes de que Cael diera un paso al frente. Al principio era un cosquilleo, una punzada sutil en mi pecho. Luego, una presión.
Un ardor que se expandía, que me cortaba la respiración, que me hacía querer doblarme sobre mí misma. Sabía lo que significaba. Sabía que venía de él. Sabía que mi corazón estaba a punto de romperse.bVi cómo alzaba la mano, llamando la atención de todos.
Las