Alfa Ava
Me desperté sintiendo frío, aunque estaba cubierta por mantas gruesas. Abrí los ojos despacio, notando el techo alto de piedra, las cortinas pesadas en las ventanas, y docenas de velas encendidas que llenaban la habitación con una luz suave. Tardé unos segundos en recordar dónde estaba.
No en la manada.
No en casa.
No con Cael.
Aquí, en un castillo antiguo, perdido en las tierras del norte, entre hechiceros y vampiros, entre personas que apenas conocía y a quienes no sabía si podía confiarles mi vida.
Instintivamente, mi mano fue a mi vientre.
Mellizos.
Los hijos de Cael.
Mi cuerpo tembló levemente. ¿Cómo había llegado hasta aquí? Todo parecía un torbellino desde el momento en que descubrí que era algo más que una simple loba. Una alfa. Una pieza de profecía. Una madre.
Me senté al borde de la cama, respirando profundo. Una bandeja de desayuno esperaba en la mesa cercana: frutas, pan caliente, queso. Un baño humeante estaba listo en la tina de piedra al fondo del cuarto. Me q