Llegamos a la casa, donde Arnold debe esperar a la persona encargada de las trampas para no cometer un error y terminar pisando donde no corresponde.
‘Así de seguro es esto.’ Me digo mentalmente.El hombre nos saluda con mucho respeto y comienza a hablar de todo tipo de trampas que incluso temo recostarme en una pared y que eso cause que una espada me perforé o las metralletas se activen.‘Ni en el capitolio había tantas trompas como aquí.’ Me digo mentalmente.— ¿Crees que esto está bien?— No, claro que no, hay armas que podrían matarlo casi de inmediato, pero, tengo fe en que él será inteligente y no morirá tan fácil, sería un favor para él porque tengo muchas cosas que pienso hacerle.— Entiendo, ¿puedo ir a la cama a descansar y si es posible, tener acceso a un computador o tableta? — pregunto y de