XXXIII

Fui cubierta por el frío hálito de la muerte y creí que me iría de este mundo para siempre, quedé flotando en una especie de limbo, siendo leve. Era como estar en el mar pero aún más suave, ya nada dolía, nada me molestaba o hería. No sentía la culpa que trae consigo el cuerpo material o la enfermedad, mi ser agotado cedió con facilidad a esas heridas sin aferrarme a nada aún cuando pensaba que todavía me quedaba mucho por vivir pero a la vez sabía que ya me lo habían arrebatado todo y que luchar sería en vano.

Fui escupida de aquella paz silenciosa y fúnebre de una manera un tanto extraña, terminé parada en medio del frío pasillo de un hospital. «¿Cómo llegué aquí?—me cuestioné mirando aquel lugar tan sobrio, apagado y mustio a mi alrededor—no reduerdo nada luego del ataque, salvo el rostro de Alexander despidiéndose de mí». Los médicos, enfermeras y personas que estaban allí para ver a enfermos, heridos y convalecientes pasaban a mi lado sin decirme nada, pensé que no les importaba
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP