¿Quién creen que será Einar? 😱
Se sentía como si de repente estuviera siendo controlada por algo ajeno a ella, o quizás por algo que la conocía incluso mejor que ella misma.Su loba interior.Aún no se había transformado pero ahora podía sentirla con más fuerza queriendo estar cerca de Aris, Pero el lado racional de ella no quería exactamente eso o eso era lo que pensaba.Diana se separó de él por un momento aunque no fue demasiado lejos.—¿Qué quieres de mí? —susurró sobre sus labios y el hambre que vio en sus ojos la puso completamente nerviosa.—Supongo que ha llegado el momento de que sepas la verdad.La seriedad en su voz hizo que se pusiera nerviosa, sin embargo, necesitaba saber a lo que él se refería con la verdad.—Ninguno de los dos lo sabía, sin embargo, no podíamos estar demasiado tiempo sin el otro.—¿No podíamos? —preguntó ella ofendida, y la sonrisa de Aris ocasionó que su pulso temblará pero aun así continuó—. Que yo recuerde era la única luchando contra esto que estaba sintiendo. ¡Yo ni siquiera te
—Einar...Cuando Aris volvió a llegar dónde estaba el macho no dudo en abrazarlo. A diferencia de Diana él sí sabía quién era.Todos sus recuerdos de la otra vida habían vuelto a su cuerpo ya que Diana había completado la profecía o por lo menos una parte de ellas, la parte de traerlo de vuelta.—Papá...—Gavin me habló de todo lo que hiciste por la manada, ojalá a tu madre y yo tuviéramos visto crecer pero aun así estoy muy orgulloso de ti.—Gracias, papá. Estaba esperando este día por tanto tiempo. Todos en la manada te extrañaron, ¿Cómo te sientes ahora?—Renací, tengo a mi familia de vuelta y estoy en mi manada. ¿Qué más podría pedir?—Ella no se ve muy contenta.—Lograré que lo esté, no te preocupes por eso. —¿Y que hay de Adel? Ante la mención de ese nombre Aris no pudo evitar tensarse, los recuerdos del pasado volvieron golpeándolo y sus manos se convirtieron en empuños.—No quiero hablar de ese bastardo. Tenemos mucho de que hablar.Einar lo miró con admiración antes de asen
No se necesitaron demasiadas palabras para corresponder a su petición.Diana estaba ardiendo en los brazos de Aris.Su nerviosismo se acoplaba perfectamente con su celo, la necesidad de ser poseída por aquel macho que despertaba la irrefrenable pasión corriendo por sus venas.—Siempre me estabas volviendo loco, princesa. ¿Sabes las ganas que tenía de devorarte? ¿De hacerte mía pars demostrarte a ti y a todos los bastardos que estaban cerca de ti que me perteneces? Los recuerdos entre el presente y el pasado son difusos, sin embargo en todos ellos, tú eres mía Diana. Eso no está en discusión. —Aris... —ella siseó al sentirlo arrancándole la ropa después de quitarse la suya cons sus ojos lujuriosos clavados sobre ella.—Tan hermosa, tan perfecta como recordaba —susurró él con esa voz animal.Diana pudo ver su cuerpo gracias a los reflejos de la luna que entraban por la ventana, él poseía músculos perfectamente definidos que eran una tentación a tocar.Entonces notó su miembro endurecid
Aris se deslizó lentamente sobre su zona íntima logrando que ella gritara de dolor arrebatándole su virginidad.—¡Oh Diosa... duele!Él se tensó deteniéndose con la mandíbula apretada y los ojos ardiendo sobre su hembra.Inhaló bruscamente intentando calmarse pero el aroma de su deseo solo provocó que su lobo la deseara con desesperación. —Maldita sea, lo siento mucho. Tómame despacio, princesa. Me quedaré aquí hasta que se pase el dolor.Las uñas de Diana se clavaron sobre los hombros de Aris mirándolo a los ojos con dolor.A él no le gustaba ver su cara fruncida de dolor pero sentía que ella lo estaba apretando, entonces ni siquiera podía pensar con claridad.—A-aris...—¿Sí?Él estaba besándola en el cuello dejando chupetones en su lisa piel intentado que el dolor se pasara rápidamente. —Duele... pero se siente bien —dijo ella con timidez.Sus ojos enseguida la encontraron lleno de deleite.—Pronto se sentirá mucho mejor.Su boca enseguida se dirigió a sus pechos chupándolos y mo
—¿Estaremos haciendo bien en buscarlos? —Preguntó Alessandro mientras ellos caminaban hacia aquel lugar que ningún lobo de las cuatro manadas había ido.No por miedo sino porque confiaba perfectamente en su hijo.Sabía que Aris actuaría de acuerdo a sus convicciones y que nadie lo detendría más aún sí había logrado convertirse en el Lycan que llevaba dormido.—¿Estás cuestionándome ir a buscar a mi hija? —gruñó Kian irritado.—Si tu hija es quien creemos que es ella no necesita de ti, de nosotros, para cuidarse sola Kian.—Me importa una mierda si ella puede defenderse sola o no, es mi hija y la voy a buscar hasta por debajo de las piedras si es necesario y ni tú ni nadie va a impedírmelo —rugió él.—No era lo que buscaba hacer, pero quizás tengas razón y necesitemos ver esto.—¿Cuánto falta para llegar, Alessandro? —Zakia de aferró al brazo de su macho temblorosa.Este la abrazó mucho más a su pecho y besó su cabello con suavidad y dulzura.—Aún nos falta mucho por llegar, cachorra —
Diana logró escaparse sin que nadie la viera, el viento soplaba contra su cabello enviándolo en distintas direcciones, su corazón estaba retumbando bajo su pecho con fuerza recordando memorias del pasado, de su otra vida.La sensación de traición se ancló en su pecho dolorosamente.—Aris no me ama, ¿Cómo no lo supe? De repente me quería y me deseaba, todo por mi sangre, todo por el poder que quería tener. ¿Cómo pude ser tan estúpida?Mientras corría Diana dejaba que sus lágrimas cayeran por su rostro ante la verdad revelada.PRIMER RECUERDO:—¿Él tiene una prometida, Ileana? ¡Dime la verdad! ¡Dime! —gimió Diana con los ojos humedecidos.La mujer enseguida miró el vientre hinchado de Diana y su rostro pareció mostrar vergüenza.—Sí señora, el Alfa va a casarse con Priscila.Diana sintió en ese aumento como su corazón se rompía en dos.Dejó salir un sollozo ahogado llevándose una mano a su vientre.—¿Lo vez? ¿Para qué mentiría? Todos en la manada saben que soy la prometida del Alfa mien
Diana se detuvo sosteniéndose de un árbol sintiendo el mareo de su cuerpo, trató de recuperar el aliento perdido.La vida dentro de ella también la mantendría apegada a Aris ese sería un vínculo irrompible, sin embargo, el miedo era más fuerte que la razón.Entonces el silencio de la noche se vio interrumpido por la llegada de su enemigo, del macho del que había tenido más miedo incluso que Aris.Aquel con quien la querían casar antes, Adel. El macho la miró con ojos llenos de lujuria insana dando pasos peligrosos hasta ella.Diana enseguida se puso en guardia tensándose.—No tengas miedo Diana, ven conmigo, yo te cuidaré mejor de lo que Aris nunca supo, te ayudaré a liberarte de él y solo así serás mía.—Aléjate de mí —Su voz sonó temblorosa pero era por el dolor que comenzaba a surgir dentro de sus entrañas—. No quiero ser parte de tu locura, aléjate lo digo en serio. Adel solo sonrió en forma de burla y en un movimiento rápido la atrapó.Diana gritó alertando a Aris quien apretó e
En medio de la niebla de los ojos recuerdos Diana pudo ver perfectamente a su hijo, el sonido del llanto lleno de vida. Entonces puedo ver el verde de sus ojos los cuales están resplandecientes mirándola solo a ella.—Mi cachorrito —susurró ella completamente perdida llena de amor. Se llenaron de lágrimas de felicidad y alivio al verlo vivo no se esperaba después de aquel día que eso pudiera ser realidad.Estaba a punto de ir a por él pero Aris apareció entre la niebla tomando al cachorro de sus brazos sorprendiéndola, mientras se acercaba ella una oleada de emociones y deseos diferentes se presentaron dentro de su vientre golpeándola, haciéndola sentir tan llena de felicidad, era un recuerdo un pensamiento ya no lo sabía.—Aris —susurró su nombre como una plegaria—. No puedo creer que esto esté pasando.Entonces él le sonrió y la luz de la luna se reflejó en su mirada, su cuerpo entero se estremeció ante la vista del amor en sus orbes que quizás ella estaba inventando.No tenía idea