Aris enseguida se unió a la búsqueda de Diana ya que nadie parecía ver la visto. Necesitaba encontrar desesperadamente a su hembra.
La poca cordura que le queda estaba tambaleando y su ira lo hacía dejar que su lobo lo guiara.
—¡Alfa... nuestra luna ha sido encontrada!
El alivio que sintió fue momentáneo, hasta que no la viera no iba a estar completamente bien.
—¿Dónde está? Llévame a donde esta ella.
—Pero ella no está sola, hay tres machos más y dos hembras. Son lobos extranjeros nunca los habíamos visto.
Aris se tensó y al mismo tiempo se relajó pensando quiénes eran esos lobos.
—Muéstrame.
Tardaron demasiado tiempo en llegar y como él había esperado, el cuerpo de Kian el padre de Diana la cubría, a su lado estaba Dana su madre y junto a ellos sus padres y su hermano de esta reencarnación.
—Aris... —susurró su madre llena de adoración y cada parte de su cuerpo se relajó.
Estuvieras los pensamientos del antiguo Aris mezclados con los de la actual, pero su madre siempre sería Zakia y