—¿Estás complacida, Diosa? —preguntó el sirviente a su lado.
La diosa Luna sonrió con embeleso mirando la reencarnación de su hijo y de su hembra.
Luego echó otro vistazo a Kian y a Dana, a Alessandro y Zakia.
—Estoy complacida. Escogí la mejor descendencia para ellos y por supuesto para mis futuros nietos. Aunque Einar es perfecto.
—Pero necesitaba que Diana fuera en esta encarnación una híbrida.
—Sabes el poder que tienen los híbridos, mezclada con la sangre de un Lycan...
—El resultado son lobos sumamente poderosos. Ellos no saben que van a crear la mejor descendencia —sonrió ella con satisfacción.
Gavin miró a su amo y a esa loba impertinente y fue imposible no sonreír.
—No creo que les importe mucho sobre descendencia.
—Por supuesto que no. Lo único que quieren es que todo el mundo desaparezca para solo estar ellos.
—Diosa... ¿Los hijos de todos ellos estarán en esa guerra de los dioses?
La diosa Luna se tensó antes de suspirar.
—Espero que no, pero por si acaso, necesitaba dej