—¿Estaremos haciendo bien en buscarlos? —Preguntó Alessandro mientras ellos caminaban hacia aquel lugar que ningún lobo de las cuatro manadas había ido.No por miedo sino porque confiaba perfectamente en su hijo.Sabía que Aris actuaría de acuerdo a sus convicciones y que nadie lo detendría más aún sí había logrado convertirse en el Lycan que llevaba dormido.—¿Estás cuestionándome ir a buscar a mi hija? —gruñó Kian irritado.—Si tu hija es quien creemos que es ella no necesita de ti, de nosotros, para cuidarse sola Kian.—Me importa una mierda si ella puede defenderse sola o no, es mi hija y la voy a buscar hasta por debajo de las piedras si es necesario y ni tú ni nadie va a impedírmelo —rugió él.—No era lo que buscaba hacer, pero quizás tengas razón y necesitemos ver esto.—¿Cuánto falta para llegar, Alessandro? —Zakia de aferró al brazo de su macho temblorosa.Este la abrazó mucho más a su pecho y besó su cabello con suavidad y dulzura.—Aún nos falta mucho por llegar, cachorra —
Diana logró escaparse sin que nadie la viera, el viento soplaba contra su cabello enviándolo en distintas direcciones, su corazón estaba retumbando bajo su pecho con fuerza recordando memorias del pasado, de su otra vida.La sensación de traición se ancló en su pecho dolorosamente.—Aris no me ama, ¿Cómo no lo supe? De repente me quería y me deseaba, todo por mi sangre, todo por el poder que quería tener. ¿Cómo pude ser tan estúpida?Mientras corría Diana dejaba que sus lágrimas cayeran por su rostro ante la verdad revelada.PRIMER RECUERDO:—¿Él tiene una prometida, Ileana? ¡Dime la verdad! ¡Dime! —gimió Diana con los ojos humedecidos.La mujer enseguida miró el vientre hinchado de Diana y su rostro pareció mostrar vergüenza.—Sí señora, el Alfa va a casarse con Priscila.Diana sintió en ese aumento como su corazón se rompía en dos.Dejó salir un sollozo ahogado llevándose una mano a su vientre.—¿Lo vez? ¿Para qué mentiría? Todos en la manada saben que soy la prometida del Alfa mien
Diana se detuvo sosteniéndose de un árbol sintiendo el mareo de su cuerpo, trató de recuperar el aliento perdido.La vida dentro de ella también la mantendría apegada a Aris ese sería un vínculo irrompible, sin embargo, el miedo era más fuerte que la razón.Entonces el silencio de la noche se vio interrumpido por la llegada de su enemigo, del macho del que había tenido más miedo incluso que Aris.Aquel con quien la querían casar antes, Adel. El macho la miró con ojos llenos de lujuria insana dando pasos peligrosos hasta ella.Diana enseguida se puso en guardia tensándose.—No tengas miedo Diana, ven conmigo, yo te cuidaré mejor de lo que Aris nunca supo, te ayudaré a liberarte de él y solo así serás mía.—Aléjate de mí —Su voz sonó temblorosa pero era por el dolor que comenzaba a surgir dentro de sus entrañas—. No quiero ser parte de tu locura, aléjate lo digo en serio. Adel solo sonrió en forma de burla y en un movimiento rápido la atrapó.Diana gritó alertando a Aris quien apretó e
En medio de la niebla de los ojos recuerdos Diana pudo ver perfectamente a su hijo, el sonido del llanto lleno de vida. Entonces puedo ver el verde de sus ojos los cuales están resplandecientes mirándola solo a ella.—Mi cachorrito —susurró ella completamente perdida llena de amor. Se llenaron de lágrimas de felicidad y alivio al verlo vivo no se esperaba después de aquel día que eso pudiera ser realidad.Estaba a punto de ir a por él pero Aris apareció entre la niebla tomando al cachorro de sus brazos sorprendiéndola, mientras se acercaba ella una oleada de emociones y deseos diferentes se presentaron dentro de su vientre golpeándola, haciéndola sentir tan llena de felicidad, era un recuerdo un pensamiento ya no lo sabía.—Aris —susurró su nombre como una plegaria—. No puedo creer que esto esté pasando.Entonces él le sonrió y la luz de la luna se reflejó en su mirada, su cuerpo entero se estremeció ante la vista del amor en sus orbes que quizás ella estaba inventando.No tenía idea
ACTUALIDAD:Las piernas de Diana dolían mientras se adentraba en el bosque pero su llanto a penas la dejaba ver algo.Se dejó caer al suelo cuando sus recuerdos comenzaron a aparecer.Dolorosos, tiernos, dulces...Casi todos está plasmado Aris y Einar aunque los recuerdos de Einar estaba asegura no eran recuerdos de ella, por quien ninguno estaba.Era como si pudiera ver la vida de su hijo a través de sus ojos pero Diana se aferró a esos recuerdos como si hubiera estado ahí Para él.—Oh diosa, esto es... tan confuso.Diana se quedó sentada sobre el suelo abrazando sus piernas mientras dejaba las lágrimas fluir libremente.El dolor en su pecho se desencadenaba con cada recuerdo que la dejaba más confusa y aliviada a la vez.Sin embargo, el recuerdo de ser la amante de Aris en la otra vida y en esta casi convirtiéndose en lo mismo fue duro.¿Debería confiar en esa mujer o debería creer en Aris? Ni siquiera sabía qué era lo que tenía que hacer, lo único que acababa de descubrir era que
Cuando Aris volvió a la habitación lleno de deseo por su hembra sintió que su corazón era atrapado en un puño cuando noto que Diana no estaba dentro, el miedo y la desesperación lo llevaron a salir corriendo de allí en su búsqueda mientras daba órdenes a todos los lobos de su manada para que no dejaran que ella saliera de sus límites.—¡¿Cómo fue que ella escapó?! ¡¿Quién fue la última que entró?! —rugió él lleno de furia.Él no lastimaba hembras pero su Delta, otra hembra si lo hacía cuando los límites eran cruzados en la manada.Las hembras comenzaron a mirarse entre sí atemorizadas, sin embargo, una de ellas fue la que dijo todo la señorita Priscila nos pidió la llave de la habitación de nuestra Luna dijo que tenía tu permiso Alfa.—¿Priscila? Su expresión se endureció mucho más de lo que ya estaba. Sus labios se apretaron en una línea firme.—Vayan a buscarla, ahora.La demanda del Alfa enseguida fue obedecida mientras él se dirigía fuera de la cocina. Los pensamientos sobre Dian
Aris enseguida se unió a la búsqueda de Diana ya que nadie parecía ver la visto. Necesitaba encontrar desesperadamente a su hembra.La poca cordura que le queda estaba tambaleando y su ira lo hacía dejar que su lobo lo guiara.—¡Alfa... nuestra luna ha sido encontrada!El alivio que sintió fue momentáneo, hasta que no la viera no iba a estar completamente bien.—¿Dónde está? Llévame a donde esta ella.—Pero ella no está sola, hay tres machos más y dos hembras. Son lobos extranjeros nunca los habíamos visto.Aris se tensó y al mismo tiempo se relajó pensando quiénes eran esos lobos.—Muéstrame.Tardaron demasiado tiempo en llegar y como él había esperado, el cuerpo de Kian el padre de Diana la cubría, a su lado estaba Dana su madre y junto a ellos sus padres y su hermano de esta reencarnación.—Aris... —susurró su madre llena de adoración y cada parte de su cuerpo se relajó.Estuvieras los pensamientos del antiguo Aris mezclados con los de la actual, pero su madre siempre sería Zakia y
El único sonido que se escuchaba en el bosque era el de los aullidos, gemidos y golpes llenos de dolor rabia e ira. La necesidad de protección hacia su hembra lo hacía volver loco. Mientras más lobos mataba para acercarse a Diana, más aparecían.La luna estaba brillando en el cielo reflejando los cuerpos que se enfrentaban.Los movimientos de Diana estaban llenos de gracia mientras su pelaje brillaba bajo la luz de la luna. Jamás hubiera esperado convertirse en loba en estas circunstancias y gracias al entrenamiento con sus padres era fuerte y ágil, una guerra nata que había regresado para esto, para defender a los suyos.Había tantas cosas en su cabeza, el sentimiento de traición, el amor perdido por su compañero, la ansiedad por conocer a su hijo qué había creído perder.—Entrégate a mi —gruñó Adel con su voz lupina mientras ambos luchaban—. Una vez él te apartó de mí, eras mía. Lo sabes.—Jamás fui tuya. Puede que mis cuidadores me prometieran a ti, pero jamás te amé. No como amé a