Mundo ficciónIniciar sesiónAileen trató de resistirse, golpeando suavemente su brazo, pero él la sentó con firmeza y se arrodilló entre sus piernas, mirándola con esa intensidad que le erizaba la piel.
— No intentes nada... — dijo ella, cruzando los brazos, intentando cerrar las piernas y fingiendo una seriedad que no lograba sostener — Eso es sucio. — Leo soltó una carcajada ronca.
— Oh, Aileen, lo sucio solo asusta hasta que descubres lo bien que se siente. — antes de que pudiera protestar otra vez, él se inclinó, separo sus piernas sin mucho esfuerzo, su lengua dibujó un recorrido lento y calculado, arrancándole un grito que mezclaba susto y un placer tan nuevo que la dejó sin aliento.







