Mundo de ficçãoIniciar sessãoDesde atrás, un estruendo sacudió el instituto cuando el licántropo atravesó la ventana con un choque brutal, como si el vidrio fuera papel frágil, sus pasos retumbaron en el estacionamiento vacío, resonando como un tambor de guerra, su aliento pesado y salvaje llenaba el aire, y sus ojos ardían con una determinación implacable. Ella ajustó con rapidez el velo oscuro que cubría su rostro desde la nariz hacia abajo, el tejido ligero se agitaba al compás del viento nocturno, otorgándole un aire fantasmal, casi etéreo, mientras corría entre los árboles, sus sentidos se agudizaban; podía escuchar el crujir de las hojas bajo las patas del monstruo y sentir el latir de su propio corazón.
— No te dejaré atraparme. — susurró con voz firme, aunque







