La discusión de esta mañana repercutía en mi mente una y otra vez. Esta usando una forma muy ruin para hacerme aceptar este matrimonio. Pero no sé lo dejaría así de fácil, sin importar que la idea de verlos juntos provocaba que me doliera todo el cuerpo.
¿Frederick se acostaría con ella? ¿Tendrían sexo?
Apreté la sábana que está a sobre mi cuerpo.
Aquella advertencia de que era un hombre soltero, me molestaba. Provocaba que la rabia y el miedo se alojara en mi pecho. Si Frederick llevaba a tocarla en lo más mínimo… ya no podría verlo de la misma manera. Nunca más.
El sonido del agua cayendo que se escuchaba desde el baño, cesó, sacándome de mis pensamientos.
La puerta del baño se abrió, liberando un vapor aromático de madera y menta. Frederick emergió con el torso desnudo, su pijama de seda negra colgando peligrosamente bajo sus caderas. Gotas de agua aún brillaban en su pecho, recorriendo sus abdominales marcados antes de desaparecer bajo la tela de la camisa.
No miró