••Narra Charlotte••
Dos días. Cuarenta y ocho horas encerrada en esta suite de hotel que parecía más una jaula de lujo que un refugio. Era sorprendente que pudiéramos quedarnos aquí, yo me imaginaba que iríamos a un lugar más… humilde, pues… por la posición de mi esposo. No tenía la mejor economía, pero no importaba, resolveríamos. Yo también podía trabajar, seguro no era tan difícil…
Llegué a pensar que Frederick estaba gastando todos sus ahorros para mantenerme en este lugar, impresionarme, pero me aseguró que tenía un amigo en el hotel que nos estaba haciendo el favor de hospedarnos y sin colocar nuestros nombres en la reservación. Por esa razón, creo que mi padre no había logrado dar con nosotros.
No podía negar que toda la situación me mantenía ansiosa, pero lo que más me afectaba, era él…
Desde que nos casamos, Frederick ha construido una pared de hielo entre nosotros. Por las noches, me permitía acurrucarme contra su espalda, sentir el calor de su cuerpo. Era el único mom