Valeria esperaba encontrarse con Rubén en el desayuno, pero él nunca apareció. Cuando le preguntó a Ofelia, esta le explicó que se había ido de madrugada después de recibir una llamada. Valeria miraba el cielo despejado, pero no encontraba en él ni un atisbo de alegría.
...
La llamada era de Francisco. Rubén, que dormía profundamente, se despertó de golpe al ver el nombre en la pantalla. Su propia voz temblaba al contestar, y al escuchar a Francisco, sintió una oleada de angustia y el impulso de salir corriendo hacia él. Le pidió que lo esperara, que iría de inmediato. Apenas colgó, se vistió y salió a toda prisa.
Francisco había estado trabajando hasta la madrugada cuando un dolor en el estómago lo paralizó. Gotas de sudor le perlaban la frente y la mano con la que sostenía la tela comenzó a temblar. Supuso que era porque no había comido a sus horas en los últimos días. Aunque Bianca siempre le preparaba comida, él solía estar tan ocupado que se olvidaba de comer. El dolor se intensi