Sofía caminaba por los pasillos del hospital con pasos apresurados, la ansiedad marcando cada uno de sus movimientos. Había estado ausente debido al legrado que había tenido que soportar, excusándose en su supuesto embarazo para tomar más tiempo de reposo. Ahora, sin embargo, la noticia de que Anthony estaba gravemente herido la impulsaba a actuar. Necesitaba verlo, necesitaba recordarle lo que había sido entre ellos, y sobre todo, necesitaba asegurarse de que aún tenía una oportunidad para convertirse en la señora Ross.
Sus pensamientos se interrumpieron bruscamente cuando vio a Katherine, la figura que más odiaba en este mundo, parada en uno de los pasillos cerca de la sala donde se encontraba Anthony. La rabia la consumió, nublando cualquier otro sentimiento que pudiera haber tenido.
—¡Tú! —exclamó Sofía, señalándola con el dedo mientras su rostro se torcía en una expresión de odio profundo—. Todo esto es culpa tuya, Katherine. Anthony está en esa cama por tu culpa. Si no hubiera s