Anthony levantó la mirada, sorprendido por sus palabras.
—Collin te necesita —continuó ella, bajando un poco la guardia—. No ahora, tal vez, pero un día preguntará más. Querrá saber quién eres, por qué no has estado presente. Y yo no puedo darle todas las respuestas, Anthony. No puedo seguir ocultando esto para siempre.
—Yo... —Anthony no sabía qué decir. Sabía que había perdido su derecho a ser parte de la vida de Collin, pero escuchar esas palabras de Katherine lo hizo tambalear.
—Héctor y yo decidimos que ocultarle la verdad a nuestro hijo solo haría que viviera en una mentira sobre sus raíces —comenzó Katherine, su voz templada pero firme, mientras mantenía la mirada fija en Anthony—. Por eso, le hablamos de ti. No exactamente de ti, pero él sabe que tiene un padre que algún día volverá y que podrá conocerlo si él lo desea. Si de verdad has estado vigilándolo todos estos años, entonces deberías saber que él merece la verdad, aunque esa verdad sea dolorosa.
—¿Y Héctor? —preguntó An