La llegada a la casa costera marcaba un nuevo inicio, pero también una transición compleja que requería enfrentar temas delicados. Mientras aún procesaba las palabras de Luna, Erik recibió una llamada que interrumpió el momento. El abogado que contraté para el tema de la custodia de Luna había confirmado la reunión para tratar los asuntos legales.
La realidad volvía a golpearnos, recordándonos que este arreglo no era sobre nuestra relación, sino sobre proteger a Luna de cualquier amenaza futura.
—Es el abogado, dice que está listo para recibirnos esta tarde. —Erik guardó su nuevo teléfono que le había regalado en su bolsillo mientras Luna seguía correteando alrededor de la mesa.
—Está bien. —Respondí, intentando mantener la calma a pesar del nudo en mi estómago. Este sería un paso importante para garantizar la seguridad de Luna y nuestra estabilidad como familia.
Después de recoger la mesa y asegurarnos de que Luna estuviera entretenida jugando con su niñera que acudió de apuro tras