CAPÍTULO TREINTA Y TRES

Había estacionado recién. Cuando noté la camioneta de mudanzas estacionar detrás de mí, bajé del auto, trancando la puerta y recibiendo a Luna, que no perdió el tiempo en correr hacia mí y darme un abrazo.

—¡Mami Clara, las casas son muy grandes aquí! — me dijo con emoción mirando a su alrededor.

—Si lo son mi niña, pero es porque también tienen un jardín y una piscina.

Sus ojos se abrieron más grandes con mis palabras, pero no dijo nada, solo tomó mi mano y esperamos a Erik que venía a paso lento hacia nosotras.

—Bueno, bienvenidos a nuestro nuevo hogar— les dije a ambos apuntando a la casa que teníamos a nuestras espaldas.

Era una casa familiar muy moderna, de dos plantas, con una cochera donde entraban dos autos perfectamente y aún quedaba espacio. Una parrilla cerrada, un jardín espacioso y una piscina. Contaba con cuatro habitaciones, la de Luna, la matrimonial y dos de huéspedes, cada una con su propio baño.

Una cocina espaciosa con un comedor que miraba hacia el jardín, un pequ
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP