142. Aún con el corazón roto
Soledad está del otro lado del vidrio, y aunque no le permiten sentarse porque sólo sería en las visitas y Soledad no tiene permitido aún sus visitas, es capaz de verla finalmente, con una actitud desafiante cuando se da cuenta que está aquí.
Altagracia no tiene mucho tiempo.
Su prima pudo haberla destruido, quizás lo hizo al ser cómplice de Ignacio, y del mismo Joaquín, incluso, del propio Juan Carlo, pero lo que siente por ella…no es odio.
No hay ni una pizca de algún sentimiento contra Soledad. Pero como madre, y los días perdido con su bebé es algo que nunca regresará. Cualquier cómplice de lo que sucedió merece lo peor.
—Sólo espero que algún día encuentres paz en tu corazón —Altagracia no le quita los ojos de encima. Soledad permanece en silencio, no afectada por sus palabras—, tu peor pesadilla es esta —Altagracia asiente—, mi bebé conmigo, mi bebé en mis brazos. Mi hijo salvado por la gente que es buena, porque sí, Soledad, existe gente bondadosa, con principios. Caíste tan ba