147. Más cerca del deseo soñado
Caminando de un lado al otro en un pasillo solitario, de brazos cruzados, Altagracia está de esa forma desde hace un par de minutos en la fiscalía de la ciudad.
Partió temprano a la ciudad para resolver unas que otras cosas importantes acerca de Compañías Reyes y temas de las dos haciendas a su nombre: Los Reyes y Villalmar. Sin decirle a nadie, se acercó a la fiscalía en búsqueda del fiscal Omar para que le hiciera un último favor.
—No es posible, señora Reyes. No estamos-
—Se lo suplico, sólo será ésta vez —Altagracia pidió en voz baja—, necesito hacer esto. Lo necesito, señor Omar. Usted más que nadie sabe por lo que he pasado. Gerardo y a mí nos ha ayudado. En estos momentos, soy yo quien le pide que haga esto como un último favor.
Omar miró el lugar hacia las celdas. No convencido de lo que Altagracia pedía. Mantuvo la calma y sólo por conocer su caso confirmó con un asentimiento determinado.
—Quince minutos. La acompañaré.
Y desde entonces está esperando el resultado de la visi