150. Dicha
Altagracia se acaricia su vientre ya de nueve meses mientras riega el jardín en su hacienda en Los Reyes. Su sonrisa resplandece.
Sergio y Matías corretean en el patio junto a ella, divirtiéndose con un cachorro de no menos de cinco meses. Los mira con amor a los dos, y también mira con amor su embarazo. Ya han pasado cinco meses desde que le dijo que Sí Acepto a Gerardo, y su matrimonio ha resultado ser un cuento de hadas.
La luna de miel fue por al menos dos días en Acapulco, debido a que Matías y Sergio no paraban de llorar por sus padres. Ambos decidieron que alargarían su luna de miel cuando el bebé naciera. Al igual que los niños, tampoco le agrada estar lejos de sus bebés. Ya casi tres bebés.
—Toma, mami —Sergio trae un ramo de dientes de león. Altagracia se agacha a recibirlo.
—Oh, mi amor. ¿Para mí?
—Y para mi hermanito —Sergio dice—. ¿Cuándo voy a conocer a mi hermanito?
—Muy pronto. Ya casi todos vamos a conocer a tu hermanito —Altagracia le toca la punta de la nariz con el