Aunque Valentina buscaba la forma de mantenerse alejada de sus emociones hacia Mateo, él se encargaba de que su amor se mantuviera presente. Sin embargo, después de sentirse conmovida por su insistencia, en ese instante sintió molestia al percibir que Mateo la presionaba para estar con él. Como estaba segura de que ganaría las elecciones, asintió con una sonrisa y le dijo:
—Está bien, Mateo, acepto tu propuesta. Pero eso sí: espero que todo se cumpla tal cual como lo estás diciendo. Si gano yo, te irás de esta casa para siempre y nunca más tendrás derecho a saber de mí. ¿Entendido? —dijo Valentina, ahogando sus sentimientos sin mostrar debilidad ante él. Acto seguido, le tendió la mano.
Mateo la miró y una idea se cruzó en su mente con urgencia: "Debo ganar como sea las elecciones, porque, si no, perderé por completo a Valentina y nunca más volveré a verla". Luego, observó la mano extendida de Valentina y respondió:
—Perfecto, así será. Pero recuerda que, si gano yo, serás mi es