Capítulo 402
Su corazón se fracturaba en fragmentos de ira, asco, rencor y tristeza. Pero no se detuvo.

—Supongo que has escuchado el dicho de que a un roto le queda bien un descosido. Como dijo tu amigo, Mónica y tú son tal para cual. Tú y yo no. Me costó un mundo salir de ese infierno y no pienso volver a caer. Un hombre que engaña me da asco. Con solo verte se me revuelve el estómago. Olvida que me vaya a comer lo que trajiste; con verte a ti ya se me arruinó el día. Así que, por favor, te lo ruego, déjame en paz. No te me vuelvas a acercar.

Remarcó cada palabra de la última frase. Sin esperar respuesta, se dio la vuelta. Apretó el botón del elevador y entró en cuanto las puertas se abrieron. Las puertas se cerraron enseguida.

Gabriel se quedó inmóvil, sin intentar seguirla. Su expresión era sombría y agonizante.

La mano con la que sujetaba el termo estaba rígida por la tensión, una clara señal de que luchaba por controlarse. Pero cuanto más lo intentaba, con más fuerza volvían a su mente las pa
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP