Regina regresó al departamento de Andrea.Dejó la maleta junto a la pared de la sala y se dejó caer, agotada, en el sofá. Se quedó ahí sentada, con la mirada perdida, vacía.Perdió la noción del tiempo hasta que el timbre de su celular la sacó de su ensimismamiento. Al ver quién llamaba, arrugó la frente con fastidio. Dudó un instante, pero finalmente contestó.—Sí, ¿Doña Carmen? ¿Pasa algo?—Señorita Regina, es que... el joven Max me pidió que revisara su cuarto... y parece que faltan algunas prendas, unas joyas... y tampoco aparecen dos bolsos de piel de cocodrilo... Dice que si no los devuelve de inmediato, él... bueno, tomará acciones legales para recuperarlos.La voz de Doña Carmen se fue apagando; era evidente que le costaba decir aquello.Regina no lo podía creer. Jamás imaginó que Maximiliano pudiera caer tan bajo. Sintió una oleada de furia recorrerla y replicó, indignada:—¡Yo no agarré nada de eso! ¡Hasta revisaron mi maleta! ¿¡De dónde saca que fui yo!?—Señorita, por favor,
Leer más