—Alan, ven a mi oficina.
Al escuchar que lo llamaban, él se apresuró a entrar.
—Busca la lista de locatarios del Cosmopolitan y tráemela. Quiero ver si el nombre de Regina está ahí y quién se quedó con su lugar.
Al escuchar el nombre de ella, supo que el asunto era grave. Sin atreverse a dudar, respondió:
—Claro, lo investigo.
Se dio la vuelta para salir, pero su jefe dijo algo más.
—Y otra cosa, ¿tienes una copia del guion de Mónica?
Alan se detuvo en seco y contestó con respeto:
—El director Molina debe tener una.
—Consíguela y tráemela.
—Sí, señor. Voy por la copia.
Sin atreverse a perder tiempo, en cuanto salió le encargó a una persona de la oficina de secretarias que contactara al director Molina para conseguir el guion, mientras él se ocupaba personalmente de investigar la lista de locatarios del Cosmopolitan.
***
Aunque había mandado a investigar, en realidad, ya se imaginaba lo que había pasado con la lista del Cosmopolitan. Cuando el asistente le presentó los resultados de la