El silencio de la habitación era profundo y denso, los sonidos de afuera llegaban. Ragnar permanecía sentado al lado de la cama viendo a Lyra que estaba en la cama. Su cuerpo respiraba profundamente, el despertar de la loba dorada no había sido el mejor. Su irá fue incontrolable, el poder demasiado para el cuerpo de Lyra, aunque hubiera entrenado mucho, aún le hacía falta.
Él debió ir con ella, debió estar ahí para protegerla, él debería tener todo su poder para que ella no tuviera que vivir esto de nuevo, apretó sus manos contra las sábanas. Proteger a la manada y a su Luna es responsabilidad de un Alfa.
—Si no fuera por está maldita herida —tocó su abdomen.
Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Ragnar no respondió de inmediato; apenas entornó la mirada hacia el acceso, y con un gruñido ronco dijo:
—Vete.
—Alfa, necesitamos hablar.
Nolan abrió la puerta despacio y miró a Ragnar en la cama, su expresión endurecida, el ceño fruncido como si viniera cargando un peso im