Al salir, me encuentro con Mark, la imponente figura masculina, pero está de espaldas y no se da cuenta de mi presencia.
Mantiene una conversación con alguien y, si no mencionara a Nick, probablemente hubiera continuado mi camino.
—¿Nick sigue con sus dolores de cabeza? —pregunta una mujer con una voz madura.
—Sí, el médico le recetó un medicamento más fuerte, pero le está costando adaptarse.
—Claro, si se la pasa bebiendo todo el tiempo, sin contar a todas las mujeres con las que se acuesta. —Suena molesta.
Alzo una ceja porque supongo que es cierto. Él solo tiene que sonreír para que todas las mujeres estén a sus pies. ¿Qué hombre puede dejar pasar esa oportunidad?
—Se ha retirado por un tiempo del noveno piso. No quiere preocuparla, ni a usted ni al señor White.
¿Será que la mujer es la madre de Nick? Mi pregunta queda en el aire cuando ella se percata de mi presencia, haciendo que Mark se gire para mirarme.
—Señorita Carter, ¿puedo ayudarla en algo?
—Ehh, sí. Este lugar es inmenso