—¿Y tú sí? —balbuceo, y me reprendo mentalmente al instante por mostrar vacilación. ¿Se preocupa por mi bienestar?
—Sí, yo sí —responde con franqueza—. Yo no me dedicaré a entretener a otras mujeres a tus espaldas, Addison.
Casi se me cae el teléfono al suelo. ¿También sabe eso?
—Sea como sea —digo intentando desesperadamente recuperar mi tono firme—, creo que han pasado demasiadas cosas entre nosotros como para que podamos seguir trabajando juntos.
—¿Han pasado demasiadas cosas? —pregunta—. ¿Y sabes lo que hizo cuando te dejó?
—Sí —mascullo, preguntándome cómo coño lo sabe él. No se lo he contado a nadie—. Mi relación con Nick no te incumbe, Marcus. Sé lo que hizo. —Me mata decirlo—. Hablaré con Paolo y me retiraré del proyecto de la editorial que tenga relación con usted.
Cuelgo sin darle tiempo a replicar y suspiro aliviada. No sé por qué siento como si me hubiera quitado un peso de encima. Todavía tengo que decírselo a Paolo, y escuchar a Marcus durante los últimos minutos no ha h